La Compañía Minera Cuzcatlán (CMC) reafirma su compromiso social con las comunidades cercanas a su unidad minera San José, ubicada en Oaxaca, destacándose por su enfoque en la preservación cultural y el desarrollo sostenible. Este compromiso se ha fortalecido a través del diálogo constante con los residentes locales, reconociendo que este es el primer paso para identificar y atender sus necesidades de manera efectiva. La interacción comunitaria es fundamental para establecer relaciones de confianza que permitan llegar a acuerdos de colaboración que beneficien tanto a la empresa como a las comunidades.
La estrategia de CMC no solo busca mantener una operación minera responsable, sino también potenciar el desarrollo social de las comunidades indígenas que rodean la mina. A través de proyectos como las escuelas de captación de lluvia, las iniciativas productivas, la mejora de infraestructura social y la conservación de tradiciones, la compañía ha logrado tener un impacto directo en más de 500 personas en las localidades de San José del Progreso y San Jerónimo Taviche.
Un ejemplo claro de este impacto positivo es la colaboración con la asociación civil Isla Urbana en San José del Progreso. Juntos, implementaron un sistema de captación de agua de lluvia en una escuela primaria local, beneficiando a 260 estudiantes y maestros. Este proyecto ha permitido ahorrar el equivalente a 19 pipas de agua potable, gracias a la recolección de 191 mil 652 litros de agua pluvial. Este tipo de iniciativas no solo responde a una necesidad crítica en la región, sino que también demuestra el compromiso de CMC con el medio ambiente y la sostenibilidad.
Luiz Camargo, director País de CMC, subrayó la importancia de respetar y adaptarse a los usos y costumbres de las comunidades donde opera la empresa. “Es fundamental para nuestra empresa respetar y adaptarse a los usos y costumbres de las comunidades, mediante la aportación de información y el diálogo participativo”, expresó Camargo. Este enfoque, basado en la comunicación abierta y la participación activa de la comunidad, asegura que los proyectos que se implementan tengan un impacto real y positivo.
Además del impacto en infraestructura y servicios, CMC también se preocupa por preservar las tradiciones culturales. En San José del Progreso, el 5.43 % de la población aún se comunica en su lengua nativa, y la compañía ha desarrollado programas para apoyar la continuidad de esta riqueza cultural, asegurando que las costumbres y tradiciones locales no se pierdan con el tiempo.
Por otro lado, en San Jerónimo Taviche, el enfoque ha estado en apoyar actividades pecuarias, agrícolas y artesanales. Más de 170 campesinas y campesinos han recibido apoyo directo, impulsando la productividad local y fortaleciendo la economía regional. Asimismo, se han desarrollado proyectos para la mejora del espacio urbano, contribuyendo a la calidad de vida de los habitantes.
El compromiso de la Compañía Minera Cuzcatlán no solo se limita a la explotación responsable de recursos naturales, sino que también está enfocado en crear un entorno donde el desarrollo social, cultural y económico de las comunidades sea parte del legado de su operación. Con esta visión de largo plazo, CMC busca ser un referente de minería responsable en México, combinando el progreso económico con un respeto profundo por la identidad y las necesidades locales.
