Hacia la recta final del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y pese a la promesa del término de obras insignia, se ejerció un mayor gasto público en el pago de pensiones y el costo financiero que en la infraestructura, de acuerdo con los datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
El Informe de Finanzas Públicas y la Deuda Pública mostró que entre enero y julio de este año el gobierno desembolsó 661,746 millones de pesos en inversión física, lo que representó un crecimiento de 19.3% anual.
De esta manera el gobierno federal gastó 12 de cada 100 pesos ejercidos en inversión física, ello con el fin de terminar obras emblemáticas previo a que termine el sexenio, como lo son el Tren Maya, la Refinería Dos Bocas y el Istmo de Tehuantepec, entre otros.
Para el término de estas grandes obras, en conjunto con otras de infraestructura, se le aprobó un presupuesto al gobierno de 919,064 millones de pesos, lo cual representa una caída de 23% en comparación con lo aprobado para el año pasado.
“En materia de infraestructura económica, el gasto de inversión contempla recursos por 1 billón 108,400 millones de pesos, de los cuales 80.2% se destinará a la inversión física. Con esto se busca consolidar y concluir los proyectos de infraestructura estratégica, en los sectores hidráulicos, carreteros, asociados al sector energético y de conectividad, orientados a promover el desarrollo económico, la generación de empleos y el bienestar de la población, particularmente en regiones históricamente rezagadas y aquellas zonas del país con mayor potencial”, explicó Hacienda en su momento.
En total son siete proyectos considerados como prioritarios los que abrieron la llave del gasto en infraestructura este año, en donde destacan 120,000 millones de pesos al Tren Maya, el cual ya entró en operación.
Si bien el gasto en inversión se considera algo positivo por su impacto en la generación de empleo y dinamismo en ciertas zonas de la República, el ejercicio de este gobierno ha sido cuestionado debido a la falta de información sobre las obras emblemáticas y su impacto en el bienestar de la población.
Para los expertos es necesario que el gasto en inversión física aumente dado que las recomendaciones internacionales señalan que éste debiera representar entre 5 y 6% del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que en México al cierre del 2023 fue de apenas 2.8 por ciento.
“El gasto en inversión contribuye al crecimiento económico y al desarrollo social, por lo que su continuidad y eficiencia son necesarios para mejorar las perspectivas económicas del país”, indicó el CIEP.
Presiones del gasto
La inversión física ha mostrado un crecimiento importante en lo que va de este año: no obstante, el gasto que ejerció el gobierno en este rubro es menor al que se destinó a otros que son considerados como presiones en el presupuesto, es decir, el pago de pensiones y el costo financiero de la deuda.
En el caso del pago de pensiones y jubilaciones, que cada vez más es catalogado como un “bomba de tiempo” ante el crecimiento que presenta año tras año, el gobierno ejerció 819,086 millones de pesos, lo que resultó en un aumento de 4.8% en comparación con el mismo periodo del año pasado.
De esta manera, el gobierno pagó 23.7% más en pensiones y jubilaciones que en inversión física.
Otro rubro en donde pagó ligeramente más fue en el costo financiero de la deuda, el cual el año pasado se disparó ante el incremento de las tasas de interés en México y en el mundo para enfrentar los altos niveles de inflación.
Sin embargo, ante la normalización de la política monetaria este año, el gobierno destinó 664,066 millones de pesos al servicio de la deuda, lo que resultó en un incremento de 4.1% en comparación anual.
Déficit para inversión
De acuerdo con lo declarado en diversas ocasiones por Rogelio Ramírez de la O, titular de Hacienda, y que repetirá el cargo en el gobierno de Claudia Sheinbaum, el déficit que tendrá el gobierno al cierre de este 2024, uno no visto en décadas, será para poder terminar las obras de infraestructura.
Para este año, los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP) se ubicarán en un nivel de 5.9% del PIB, un nivel histórico y que ha estado en la mira de los economistas dado que, para el primer año de gobierno de Claudia Sheinbaum, se promete una consolidación fiscal para que este indicador se ubique alrededor de 3 por ciento.
Si bien la conclusión de estas obras haría que se necesite un menor gasto en inversión, analistas han señalado que esto no será suficiente para reducir el déficit en casi tres puntos del PIB.
Leslie Badillo, investigadora del CIEP, apuntó que la consolidación fiscal que se espera para el siguiente sexenio se ve difícil ya que, si bien parece que estas obras concluirán en septiembre, el gasto que de alguna manera se liberará no es suficiente para regresar a un nivel de 3% del PIB.
“La suma del total de proyectos prioritarios no alcanza para llegar a la consolidación fiscal que se prometió. Llegar a ella va a ser complicado, y todavía estamos en espera de que nos muestren los proyectos para el siguiente sexenio”, apuntó.