Durante el segundo trimestre del año, la región sur del país, integrada por Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán, registró un crecimiento anual de 0.3% de su actividad económica, siendo el nivel más bajo en todo el país.
Según el Reporte sobre las economías regionales del periodo abril-junio 2024, publicado por el Banco de México (Banxico), a nivel nacional, el aumento fue de 1.1 por ciento.
Lo anterior fue calificado por Banxico como un estado de atonía, que se refleja en las distintas regiones del país como el norte con un alza de 1.0%, centro norte con 1.2% y centro con 1.9% anual.
Destaca la caída en el sector de la construcción de 8.6% para la región sur, siendo la que más disminuyó, seguida del centro norte, que comprende Aguascalientes, Baja California Sur, Colima, Durango, Jalisco, Michoacán, Nayarit, San Luis Potosí, Sinaloa y Zacatecas, con una baja de 6.4% anual.
A pesar de los elevados niveles de construcción en el sur, por los proyectos federales, el gasto en este sector se redujo en la inversión pública, mientras que la inversión privada mostró un crecimiento, explica Banxico. Los empleos formales en el sector tuvieron una disminución del 3.2% trimestral.
Respecto a la construcción privada en el sur, los directivos consultados por Banxico señalaron un aumento en la demanda de vivienda en Tulum, Playa del Carmen y Mérida, apuntalados por el turismo; el aumento demográfico; y la derrama económica generada por las obras del Tren Maya. Señala la construcción de plantas de producción de bebidas y la nueva terminal portuaria en Veracruz.
Los factores que contribuyeron a la caída en la construcción pública del sur, de acuerdo con empresarios del ramo, fueron la suspensión provisional del Tren Ligero de Campeche; la reducción en el gasto de los gobiernos estatales en obra pública; y las lluvias intensas que retrasaron la ejecución de proyectos de infraestructura.
En dichas entidades aún siguen siendo relevantes proyectos públicos como el desarrollo de Tren Maya, principalmente en los tramos 5, 6 y 7; las obras complementarias y rehabilitación de líneas ferroviarias del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec; el Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas en Chiapas y Tabasco; la construcción del puente Nichupté en Cancún; y la modernización de carreteras en Oaxaca.
Aún con esta desaceleración en el sur, a nivel nacional, la construcción creció 7.3% anual, con el norte (11.9%) y centro (10.5%) destacándose como las regiones de mayor actividad.
Retrasos en Pemex
Durante el segundo trimestre del 2024, la región sur fue la única que registró una caída anual en el sector de la minería, con 6.5%; en contraste, el norte creció 4.3%, el centro norte 3.9% y el centro 6.6 por ciento.
El descenso en el sur se relaciona con la minería petrolera, ya que el volumen de petróleo crudo exportado mantuvo su tendencia a la baja, lo que impactó negativamente los ingresos de Pemex.
En cuanto la extracción se mencionan el freno en la rentabilidad ciertos campos maduros; el exceso de lluvias retrasando trabajos de mantenimiento, desarrollo de infraestructura y provisión de insumos para mantenimiento de las plataformas; y en algunos casos, retrasos en los pagos a proveedores por parte de Pemex.
Los directivos consultados refirieron como factores positivos para la extracción de hidrocarburos el aumento en los precios internacionales del petróleo, ya que Pemex utilizó estos recursos adicionales para fortalecer sus operaciones en Tabasco y Veracruz; invirtió en proyectos para reducir la caída natural de producción en campos maduros; y continúo con el desarrollo de los campos Ixachi, Quesqui y Tupilco Profundo.
Además, los proveedores de servicios petroleros señalaron la renovación de sus contratos con Pemex, lo que garantizó que sus operaciones siguieran en marcha sin interrupciones.
Para otras regiones, la minería no petrolera se benefició del aumento en los precios internacionales de los metales; la demanda creciente de China por metales industriales, como cobre, zinc y plomo; la diversificación de reservas de los bancos centrales; así como las tensiones geopolíticas.
La depreciación del peso frente al dólar al final del trimestre permitió a las empresas mineras incrementar sus ingresos en pesos, mientras que la demanda de cobre para la industria electrónica y el equipo eléctrico también aumentó tanto a nivel interno como externo.
Fin del efecto Dos Bocas
En el comercio, el sur nuevamente fue la región que más cayó, con 1.0%; en todo el país la contracción fue de 0.7%, con disminuciones en el norte (0.9%) y el centro (0.8% anual).
Los empresarios consultados destacaron que la reducción en las actividades de construcción de la Refinería de Dos Bocas y el Tren Maya llevó a una disminución en la venta de gasolina, aceites y filtros diésel.
También mencionaron una caída en el valor de las ventas de vehículos nuevos, debido al aplazamiento en la renovación de flotillas en el sector público. Además, el aumento en los costos de electricidad y logística incrementó los precios de mobiliario, equipo de oficina y papelería, lo que contribuyó a una baja en las ventas de estos productos.
En general, el sector empresarial señaló que el aumento en los precios de bienes de primera necesidad llevó a algunos consumidores a moderar su gasto en alimentos y reducir la adquisición de productos a crédito, como automóviles, ropa y artículos de ferretería.
Se observó un cambio en los hábitos de compra, con más hogares optando por comercios informales y mercados rodantes en lugar de establecimientos formales.