Sustentabilidad en la industria inmobiliaria

El desafío del sector inmobiliario no es solo garantizar el suministro constante de agua para uso residencial y comercial, sino también impulsar prácticas que reduzcan el consumo y minimicen el desperdicio.

A medida que nos acercamos a escenarios climáticos más complejos, las soluciones tradicionales ya no son suficientes. Es necesario contemplar nuevas tecnologías, modelos de negocios y prácticas que permitan un aprovechamiento eficiente del recurso. En este escenario destacan los atributos de sustentabilidad aplicados al proyecto Parque de Araya, de inmobiliaria Echeverría Izquierdo, al integrar soluciones concretas frente a una crisis hídrica y al uso eficiente de la energía en el mundo inmobiliario.

Entre sus principales innovaciones se cuenta una planta recicladora de aguas grises, la cual reutiliza el agua de las duchas y lavamanos de cuatro columnas de departamentos, a través de un sistema de filtrado y oxidación por ozono, sin ningún uso de químicos, obteniendo como resultado agua en óptimas condiciones para regar las áreas verdes y jardines comunes.

Leopoldo Morales, gerente de arquitectura, diseño e innovación de Echeverría Izquierdo, señala que “para nosotros no se trata solo de construir, sino de diseñar entornos que dialoguen con su entorno natural. Hoy más que nunca, la arquitectura debe pensar en el futuro y en cómo habitamos nuestras ciudades”.

En el pasado, la gestión del agua en el ámbito inmobiliario se centraba en asegurar la provisión, pagar facturas y resolver problemas puntuales, como fugas o presión insuficiente. Hoy, sin embargo, el enfoque debe contemplar una gestión hídrica integral, como desarrollo de jardines de bajo consumo. El proyecto de paisajismo realizado por Macarena Calvo en Parque de Araya incluye especies de bajo consumo hídrico -como Peumo, Quillay y Algarrobo-, disminuyendo las superficies cubiertas de pasto que requieren mucho riego, e instalando sistemas de regado tecnificado, temporizado y graduado por goteo, para evitar el desperdicio de recursos hídricos.

“Con la planta recicladora de aguas grises se riegan las áreas verdes, por lo que el costo de riego es un 25% más económico que con el agua potable de red, haciendo que el propio edificio se haga cargo de la crisis hídrica actual, y reafirmando el compromiso frente al futuro”, agrega el arquitecto.

Parque de Araya -ubicado en Ñuñoa- tiene también 203m2 de paneles fotovoltaicos, los cuales producen 40kWn e inyectan energía directamente al tablero general del proyecto, aprovechando eficientemente la energía solar. “Ésta puede ser utilizada donde se requiera: iluminación interior, funcionamiento de bombas de agua, etcétera. Estos paneles están instalados en la cubierta del edificio, capturando energía solar y generando energía eléctrica hacia un inversor y no hacia una batería; de esta manera, la energía es utilizada de forma instantánea”, finaliza Leopoldo Morales.

Los departamentos y espacios comunes cuentan con artefactos y griferías eficientes, logrando un 47% de ahorro en consumo de agua, y además el terreno cuenta con un 39% de áreas verdes y pavimentos permeables, reduciendo el efecto “isla de calor”. Todo ello permite que el proyecto cuente con calificación energética B, que implica un 63% de ahorro en calefacción y refrigeración ponderado, lo que se traduce en menos costo para el usuario en su bienestar diario, implicando además optimización y disminución en la huella de carbono operativa del edificio en todo su ciclo de vida.

Destaca también que inmobiliaria Echeverría Izquierdo realizó un trabajo de mitigación ambiental en el Parque Natural Aguas de Ramón, donde se realizó la mantención y enriquecimiento de 17,77 hectáreas de bosque precordillerano, incluyendo la plantación de 100 árboles nativos, limpieza de residuos, mantención silvicultural y la creación de cortafuegos preventivos para reducir el riesgo de incendios, y ejecutó el recambio de 115 calefactores a leña de origen residencial por equipos climatizadores eléctricos de alta eficiencia de tecnología inverter, con calificación energética A. Esto se realizó en las comunas rurales de la Región Metropolitana, denominadas Zona B dentro del Programa de Descontaminación: Alhué, San José de Maipo, Lampa, Buin, Curacaví, Peñaflor, Colina, Melipilla, Talagante, Calera de Tango, Talagante, Padre Hurtado, El Monte, Isla de Maipo y Pirque.

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