El megaproyecto Autopista Río Magdalena, el cual es la vía que conecta el departamento de Antioquia y la Troncal del Magdalena (antigua Ruta del Sol II), tendrá un lazo clave entre el sistema de Autopistas para dar una conexión clave en estas dos regiones. De esta manera, su construcción avanza de manera sostenida y se acerca a una de sus fases más importantes.
Alejandro Niño, gerente general de la concesión Autopista Río Magdalena, explicó que en septiembre de 2025 se prevé poner en operación la última unidad funcional del proyecto, conocida como Unidad Funcional Uno. Con esta entrega se completará la fase constructiva de una obra que ha venido habilitando tramos de manera progresiva desde el año 2021.
Según detalló Niño, en 2021 se entregó la Unidad Funcional Cuatro, que incluyó el puente sobre el río Magdalena con una longitud de 1.360 metros, considerado un hito estructural del proyecto. Posteriormente, en 2023 entró en operación la Unidad Funcional Tres, que comprende 49 kilómetros con mejoras técnicas en el trazado, como correcciones de curvas verticales y horizontales, así como la construcción de carriles de adelantamiento que permiten optimizar la circulación vehicular.
En febrero de 2025 se habilitó la Unidad Funcional Dos, un tramo de 35 kilómetros entre el Alto Dolores y Vegachí. Actualmente, las obras de la Unidad Funcional Uno ya se encuentran terminadas y en proceso de verificación por parte de la interventoría, la cual debe certificar que cumplen con todas las especificaciones técnicas y los indicadores de operación antes de ponerlas oficialmente al servicio.
Niño subrayó que la culminación de esta última unidad permitirá cerrar la fase constructiva y dar inicio a la etapa operativa del contrato de concesión, que se extenderá hasta el año 2044. En sus palabras: “Con la entrega de la Unidad Funcional Uno finalizamos la construcción y pasamos a operar el corredor durante los próximos años, como está previsto en el contrato”.
El gerente también destacó la relevancia estratégica del proyecto al señalar que completa un corredor vial fundamental. La Autopista Río Magdalena, en conjunto con la conexión Norte y las vías del Nus, facilitará el tránsito entre los municipios de Atillo y Caucasia. Actualmente, este trayecto implica ascensos de hasta 2.800 metros por sectores como Matasanos, Yarumal y Valdivia. Con la nueva vía, el recorrido será más fluido y continuo, reduciendo esfuerzos de ascenso y mejorando la eficiencia del transporte.
¿Qué impacto tendrá el proyecto en la movilidad de los ciudadanos?
Aunque el nuevo corredor es 50 kilómetros más largo, se estima que permitirá ahorrar alrededor de 50 minutos en el tiempo de viaje entre Atillo y Caucasia. Esta reducción se traduce en un impacto positivo tanto en los costos de operación del transporte como en la competitividad de la región, especialmente para los desplazamientos de carga entre el Valle de Aburrá y la ciudad de Cartagena.
Niño agregó que la elección del trazado y la coordinación con otras concesiones viales, como Ruta al Mar, han sido claves para consolidar una infraestructura que mejora la conectividad nacional. En este sentido, resaltó que la obra contribuye a disminuir las limitaciones impuestas por las pendientes y las condiciones actuales del trazado, generando una alternativa más eficiente y segura para el transporte de pasajeros y mercancías.
En cuanto a los retos, el gerente hizo énfasis en dos aspectos: la seguridad vial y la seguridad física. Sobre este último punto, señaló que la presencia de la Fuerza Pública, en especial de la Brigada 14 en Puerto Berrío y los batallones adscritos, ha sido fundamental para garantizar la protección del corredor.
Respecto a la seguridad vial, recordó la importancia de la corresponsabilidad de los usuarios. Invitó a conductores, transportadores y motociclistas a respetar la señalización y las normas de tránsito, en particular en los tramos con carriles de adelantamiento, donde se debe circular por la derecha y adelantar únicamente por la izquierda.
Finalmente, Niño recordó que la Autopista Río Magdalena es una de las 20 concesiones operadas por Aleatica, empresa internacional dedicada exclusivamente a la gestión de infraestructura de transporte en siete países. En Colombia, esta concesión corresponde a una carretera de cuarta generación bajo la Agencia Nacional de Infraestructura. “Estamos listos para iniciar la etapa de operación, que es el eje central de nuestro negocio”, concluyó.