Apenas el 29% de estudiantes en ingeniería en Perú son mujeres, y su participación en puestos de liderazgo sigue siendo marginal. La industria reconoce que el cambio requiere esfuerzos estructurales y sostenidos.
Aunque el avance femenino en diversos sectores productivos es innegable, la ingeniería sigue siendo uno de los campos donde las brechas de género son más profundas. De acuerdo con el III Informe Bienal de la SUNEDU, apenas el 29% de los estudiantes de pregrado en carreras de ingeniería y tecnología en Perú son mujeres. A nivel global, la situación no es más alentadora, ya que según el Informe Global sobre la Brecha de Género, solo el 29,2% de los puestos laborales en STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), están ocupados por mujeres, y solo un 12,4 % accede a posiciones directivas en estos sectores.
Estas cifras reflejan desafíos estructurales aún presentes, estereotipos de género, escasa visibilidad de referentes femeninos, brechas salariales y barreras para conciliar la vida personal con entornos exigentes. Para Cristina Tavara, ingeniera en Pavco Wavin Perú, el problema no es la capacidad, sino las condiciones. “Muchas veces, el problema no es si una mujer puede o no ser ingeniera; lo verdaderamente determinante es si el entorno le permite desarrollarse plenamente. En sectores como la construcción, donde la ingeniería es clave, nuestra participación sigue siendo baja y las trayectorias suelen estar marcadas por menos acceso a cargos estratégicos y redes de contacto limitadas”, afirma.
Sobre este panorama, Cristina Tavara, ingeniera en Pavco Wavin Perú, destaca cuatro ejes clave que pueden ser aplicados por el sector privado para cerrar brechas en ingeniería y construcción:
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Contratación inclusiva: las empresas del sector construcción deben aplicar criterios de equidad en los procesos de selección, evaluación y promoción, eliminando sesgos y garantizando que el talento femenino tenga las mismas oportunidades de crecimiento profesional.
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Mentoría y liderazgo femenino: visibilizar a ingenieras en posiciones de liderazgo y fomentar espacios de mentoría permite inspirar a nuevas generaciones, crear redes de apoyo y reducir la sensación de aislamiento en sectores tradicionalmente masculinizados.
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Flexibilidad laboral: ofrecer condiciones que permitan conciliar la vida personal y profesional, como horarios flexibles, licencias extendidas o espacios adecuados, es fundamental para retener talento femenino en entornos altamente demandantes.
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Sensibilización constante: capacitar a los equipos internos para identificar sesgos de género, promover un lenguaje inclusivo y revisar prácticas culturales dentro de la organización es una herramienta poderosa para transformar el entorno desde dentro.
El Día Internacional de la Mujer Ingeniera es una oportunidad para visibilizar el rol de las mujeres en el sector, pero también para colocar sobre la mesa una verdad incómoda, las mujeres siguen siendo minoría en una industria crucial para el desarrollo del país. Revertir esa situación requiere mucho más que discursos bienintencionados, implica decisiones firmes, inversión en talento femenino, y una transformación profunda del entorno profesional para que el progreso deje de tener género.
En línea con ese enfoque, Pavco Wavin ha implementado el programa “Mujeres con Punche” en Cusco, Arequipa y Lima, capacitando a más de 200 mujeres en gasfitería básica, en alianza con PROMOTASS y el Banco Mundial. La iniciativa desarrolla habilidades técnicas y busca abrir nuevas rutas profesionales para mujeres. Para la especialista, el desafío requiere más que buenas intenciones, “somos conscientes de que cerrar la brecha de género en ingeniería no se logra con una campaña, sino con políticas sostenidas que comiencen en la escuela y se consoliden en espacios laborales igualitarios”, finalizó.