Ley de Ciudades Verdes: un paso firme hacia la sostenibilidad

Desde el 4 de abril de 2025, Colombia cuenta con la Ley de Ciudades Verdes. En efecto, el Congreso de la República aprobó la iniciativa liderada por el representante Daniel Carvalho y el senador Marcos Pineda. ¿Su objetivo? Garantizar la coexistencia entre urbanismo y naturaleza.

La nueva Ley, que marcará un antes y un después en la concepción y el desarrollo de las ciudades, busca una relación armónica entre las urbes y la naturaleza. Se estima para que para el año 2050, el 86% de la población colombiana vivirá en ciudades, con lo cual es imperativo implementar estrategias de sostenibilidad y conservación del ecosistemas, sin frenar el desarrollo de las urbes.

En efecto, la Ley de Ciudades Verdes promueve un mejor “diálogo” entre los ciudadanos y los entornos verdes, a partir del entendimiento de los ciclos naturales por parte de los habitantes humanos. Para ello, será clave entender la naturaleza como un componente esencial dentro de los planes de desarrollo urbano y no solo como marco de referencia.

De acuerdo con Ámbito Jurídico, “será enviada a sanción presidencial, allí se crea el programa de Ciudades Biodiversas y Resilientes, que estará a cargo de los ministerios de Ambiente y de Vivienda, así como de las corporaciones autónomas regionales y otras autoridades ambientales”.

Dentro de las acciones que propone, vale la pena destacar la unificación de normativas, pues con ello se logrará la armonización de las leyes existentes para fortalecer la protección de la biodiversidad urbana. Así las cosas, se revisarán y fortalecerán las normas vigentes a fin de alcanzar ese objetivo.

De igual manera, propone un Ordenamiento Territorial Sostenible, con la incorporación de la biodiversidad como eje en los planes de desarrollo urbano.

Asimismo, fomenta la creación y conservación de parques, humedales y corredores ecológicos, enmarcados dentro de la acción que busca la ampliación de espacios verdes y azules.

Respecto a las acciones de protección de la biodiversidad urbana, la Ley de Ciudades Verdes, prioriza la siembra y conservación de especies arbóreas nativas. Con ello, además, se contribuye en la reducción de la contaminación del aire, enmarcada dentro de las acciones de reducción de la contaminación del aire, del ruido, consumo razonable del agua y el mejoramiento en la gestión de residuos.

Se dará especial importancia a la Resiliencia al cambio climático, que se plantea con la implementación de soluciones basadas en la naturaleza para preparar a las ciudades para eventos climáticos extremos.

Otra acción clave tiene que ver con la participación ciudadana y la educación ambiental, tareas que involucran a la comunidad para el fomento de prácticas amigables con el medio ambiente, el cuidado y la conservación de los espacios verdes.

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