En un nuevo marco del Día Mundial de la Reducción de Emisiones de CO2 la industria incorpora prácticas más sostenibles en sus proyectos, alineándose con los objetivos globales para mitigar el cambio climático.
Cada 28 de enero se conmemora el Día Mundial de la Reducción de Emisiones de CO2, declarado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), como un momento clave para tomar decisiones para el cuidado del planeta. En este sentido, la industria inmobiliaria está avanzando en la implementación de medidas más efectivas en la reducción de su huella ambiental.
En nuestro país, el mercado inmobiliario está adoptando dos enfoques clave para contribuir a la reducción de emisiones: por un lado, mejorar la eficiencia energética de las edificaciones que, según datos de la ONU, son responsables del 38% de la contaminación global; y por otro, incorporar prácticas de economía circular en su desarrollo y gestión.
La eficiencia energética en viviendas es un factor crucial para reducir el consumo de recursos naturales y minimizar el impacto ambiental. Por este motivo, implementar soluciones eficientes como el aislamiento adecuado, el uso de energías renovables o sistemas de calefacción y refrigeración más sostenibles, no solo beneficia al medio ambiente, sino que también reduce los costos a largo plazo para los propietarios.
A partir de octubre, la Calificación Energética de Vivienda (CEV) del MINVU dejará de ser voluntaria, luego de más de 12 años, y pasará a ser obligatoria para todos los proyectos inmobiliarios nuevos, lo que plantea oportunidades y desafíos para que la industria se adapte a esta nueva normativa.
“La industria inmobiliaria muestra un creciente interés por desarrollar este tipo de proyectos de manera voluntaria, sin necesidad de una regulación que lo imponga. Esto queda reflejado en el hecho de que más de 170,000 propiedades en el país ya han recibido una calificación energética, según datos del MINVU”, explica Enrique Loeser Prieto, gerente Comercial de Inmobiliaria Altas Cumbres, pionera en obtener el sello de la CEV.
La economía circular promueve la reutilización, el reciclaje y la valorización de los residuos para maximizar el aprovechamiento de los recursos ya existentes, reduciendo así la necesidad de extraer nuevos materiales. Al utilizar este modelo se minimiza la generación de desechos y se disminuye significativamente el impacto ambiental, especialmente en términos de emisiones de CO2. En ese sentido, empresas como Thermikhaus ofrecen aislantes reciclados a partir de cartón y papel, mejorando la eficiencia térmica de las viviendas y contribuyendo a la disminución del consumo de energía.
Otra medida que han implementado las inmobiliarias en sus proyectos son productos fabricados a partir de residuos plásticos. Inmobiliaria Altas Cumbres ha ido a la vanguardia en esta tendencia para su proyecto Costanera Villarrica, incorporando en los departamentos interruptores eléctricos que provienen de la valorización de redes de pesca y que es una línea desarrollada por la marca Sinthesi, o muebles de exterior, que son fabricados por la empresa Pock a partir de cinco tipos de plásticos, recolectados en municipios y empresas, como tinetas de pinturas, tuberías, botellas, entre otros. A partir de estos residuos, desarrolla soluciones para la construcción y de mobiliario, especialmente exterior.
Uno de los ejemplos más destacados es el uso de Poliestirec que es “una pintura fabricada a partir de plumavit reciclado de las propias obras residenciales de la inmobiliaria. El uso de estos esmaltes para pintar las fachadas e interiores de los proyectos inmobiliarios no solo contribuye al reciclaje de residuos, sino que además permite purificar el aire, ya que estos productos tienen la capacidad de capturar dióxido de carbono”, comenta Loeser.