Desde su planta en Calpulalpan, Lohr México se consolida como un actor clave en el transporte automotriz de Norteamérica, combinando tecnología francesa con talento mexicano y una visión industrial sustentada en la cooperación entre ambos países.
Por más de seis décadas, el grupo francés Lohr ha sido sinónimo de innovación en soluciones de transporte automotriz. En México, su historia comenzó en 1994, cuando abrió su primera operación en Texcoco, Estado de México, enfocada en el armado de madrinas, los remolques especializados en el traslado de vehículos, con componentes traídos desde Francia.
A partir de 2019, la compañía dio un salto decisivo con la inauguración de su planta industrial en Calpulalpan, Tlaxcala, lo que marcó una nueva etapa de crecimiento y consolidación.
“Hoy contamos con una planta de 12,000 metros cuadrados en un terreno de cinco hectáreas, con alrededor de 300 empleados. Desde aquí producimos madrinas tanto para el mercado mexicano como para Estados Unidos”, detalla Xavier Augonnet, director general de Lohr México.
La planta en Tlaxcala fabrica madrinas para traslado de vehículos para el mercado mexicano y el estadounidense.
“Nuestro objetivo es ser más eficientes, modernos y competitivos, sin perder la esencia del saber hacer que caracteriza a Lohr”, subraya Augonnet.
Posicionamiento en Norteamérica
La planta de Tlaxcala forma parte de la división Lohr Norteamérica, junto con la planta en Alabama. Con una capacidad instalada de 800 unidades anuales, la compañía fabrica desde México madrinas adaptadas a las normas locales en tamaño, peso y capacidad, además de remolques semiacabados que se envían a Estados Unidos para su ensamble final.
“Históricamente llegamos a producir hasta un 90% para el mercado estadounidense, pero hoy el equilibrio es del 50-50, impulsado por el desarrollo de un nuevo producto hecho para México”, señaló Augonnet.
Ese nuevo modelo será lanzado a inicios de 2026 y representará un cambio profundo en la estrategia de proveeduría: “Será una madrina 100% T-MEC, fabricada exclusivamente con componentes locales de México y Estados Unidos. Queremos un producto más competitivo, sostenible y fácil de mantener para nuestros clientes”, adelanta.
El valor del talento local
Ubicada en la frontera entre Tlaxcala y el Estado de México, la empresa ha encontrado en la región una fortaleza clave: la mano de obra especializada en soldadura.
“En esta zona existe una cultura industrial sólida, gracias a la presencia de grandes empresas. Eso nos permite acceder a soldadores calificados, algo que no sería tan fácil en otras regiones”, afirma Augonnet.
La compañía creó su propia escuela interna de soldadura, ubicada dentro de sus instalaciones. “Todo nuevo operador pasa un mes completo en capacitación antes de entrar al piso de producción. Aprende teoría, lectura de planos y práctica, y se certifica según su nivel”. Este modelo garantiza la calidad de los procesos y fortalece el vínculo con la comunidad de San Felipe Sultepec.
Innovación y sostenibilidad lo guían hacia una mejora continua. La empresa ha comenzado a implementar sistemas y a prepararse para certificarse en ISO 9001 para la gestión de calidad y en ISO 14001 para el cuidado ambiental.
A nivel corporativo, el grupo impulsa la integración de nuevas herramientas digitales y la automatización de procesos, sin perder la esencia artesanal de su ingeniería.
Resiliencia ante los retos del mercado
Aunque Lohr México aún transita una etapa de digitalización, la planta se mantiene sólida ante el panorama actual del transporte automotriz, atravesando incrementos en costos de insumos y presiones en tiempos de entrega.
Los precios del acero y las demandas más estrictas de los clientes han impulsado mejoras en planeación, eficiencia y comunicación con proveedores. Esto ha permitido mantener la estabilidad en volúmenes y plazos.
Conectando a las industrias con México y Francia
Además de dirigir la operación mexicana de Lohr, Xavier Augonnet desempeña un papel activo en la Cámara de Comercio e Industria Franco-Mexicana (CCI France México), donde ocupa la vicepresidencia de Industria en el capítulo Bajío.
Desde ahí impulsa la cooperación entre empresas francesas y mexicanas en sectores como automotriz, aeronáutico y servicios avanzados.
“Queremos que más compañías francesas volteen a ver las oportunidades que ofrece México y que más empresas mexicanas encuentren en Francia un socio para innovar y diversificar mercados”, afirma.
Para Augonnet, la relación industrial franco-mexicana tiene un enorme potencial, sobre todo en regiones como el Bajío, donde convergen talento, infraestructura y cadenas productivas competitivas.
“México ofrece estabilidad, cercanía con Estados Unidos y costos competitivos; nuestro reto es seguir invirtiendo, innovando y apostando por la integración regional”, concluye.


