Newmont: El Gigante de Zacatecas

Newmont, el titán global del oro, mantiene en México una operación de escala monumental a través de su mina Peñasquito en Zacatecas.

Tras superar una costosa huelga en 2023, la compañía ha demostrado una robusta capacidad operativa, registrando cifras de producción y financieras que reafirman al activo como uno de los pilares de su portafolio. Sin embargo, este desempeño se ve opacado por un horizonte de crecientes desafíos. La consolidación de la nueva Ley de Minería, junto a persistentes conflictos socioambientales, configura un escenario de riesgo que pone a prueba la estrategia a largo plazo de la minera en el país. El caso de Newmont en México es un estudio en tiempo real sobre la gestión de riesgos no operativos en una jurisdicción cada vez más compleja.

 

Producción y finanzas post-huelga

Los resultados operativos de 2024 y el primer semestre de 2025 confirman la capacidad técnica de Peñasquito. Tras la paralización de cuatro meses en 2023, la mina no solo recuperó su ritmo, sino que superó las expectativas. Las ventas atribuibles a Peñasquito alcanzaron los $2.8 mil millones de dólares en 2024, un notable incremento impulsado por la normalización de operaciones. La producción de oro se situó en aproximadamente 350,000 onzas, mientras que la de plata superó los 30 millones de onzas, consolidándola como una de las principales productoras de este metal a nivel mundial.

Igualmente significativos son los subproductos: la producción de zinc rondó las 450 millones de libras y la de plomo las 180 millones de libras. Los costos de mantenimiento todo incluido (AISC, por sus siglas en inglés), una métrica clave para la industria, se han mantenido competitivos, aunque presionados por la inflación y los nuevos acuerdos laborales. La inversión de capital, cercana a los $250 millones de dólares anuales, se ha centrado en la optimización de procesos y el mantenimiento del Tailing Storage Facility (TSF), una infraestructura crítica bajo constante escrutinio ambiental.

 

Relaciones laborales, un equilibrio precario

La huelga de 2023, liderada por la Sección 304 del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana (SNTMMSSRM), marcó un punto de inflexión. El conflicto, centrado en el reparto de utilidades (PTU), evidenció el poder del sindicato y el delicado equilibrio de las relaciones laborales. La resolución, mediada por la Secretaría del Trabajo, culminó en un nuevo Contrato Colectivo de Trabajo 2024-2026. Este acuerdo incluyó un aumento salarial directo del 7.5% y mejoras en bonos y fondos de ahorro.

Aunque el acuerdo trajo estabilidad, la disputa subyacente sobre el cálculo del PTU sigue latente, sujeta a la interpretación de las autoridades fiscales. Para la gerencia de Newmont, la gestión de la relación con el sindicato de Napoleón Gómez Urrutia es tan crucial como la geología del yacimiento. La paz laboral actual es funcional, pero precaria, y representa un riesgo financiero y operativo constante.

 

El frente socioambiental, el riesgo persistente

El principal riesgo no minero para Peñasquito sigue siendo el agua. Ubicada en una de las cuencas más estresadas hídricamente del país, la operación es objeto de un intenso escrutinio. Newmont reporta tasas de reciclaje de agua superiores al 70% en sus procesos, una cifra técnicamente respetable. No obstante, esta eficiencia operativa no ha logrado mitigar la percepción de comunidades locales, como el ejido de Cedros, que denuncian el agotamiento de sus pozos y la contaminación de acuíferos.

Historiales de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) muestran sanciones previas por irregularidades en el manejo de residuos, lo que alimenta la narrativa de los grupos opositores. Los conflictos por el uso de la tierra y el cumplimiento de acuerdos de inversión social son recurrentes y, a menudo, derivan en bloqueos que afectan la logística de la mina. El desafío no es solo técnico, sino social: demostrar con datos verificables y acciones tangibles una gestión hídrica sostenible ante una audiencia escéptica y directamente afectada.

 

Navegando la nueva ley de minería

Quizás el mayor desafío estructural para el futuro de Newmont en México es la reforma a la Ley de Minería de 2023. Para una operación consolidada como Peñasquito, cuyo ciclo de vida se extiende por décadas, las nuevas disposiciones introducen una incertidumbre significativa. La ley ahora limita la duración de las concesiones y endurece las condiciones para su renovación, además de exigir consultas previas con comunidades indígenas para cualquier nuevo proyecto, un proceso que puede ser largo y complejo.

Financieramente, la reforma contempla un aumento en el pago de derechos y la obligación de presentar fianzas o seguros para garantizar la reparación de daños ambientales, lo que podría impactar los costos operativos. Este endurecimiento del marco regulatorio coincide con la estrategia global de Newmont de optimizar su portafolio y deshacerse de activos considerados «no esenciales».

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