ArcelorMittal, el mayor productor de acero del mundo, arrancó un ambicioso programa de recompra de acciones con la adquisición de un primer bloque de 10 millones de títulos. La medida forma parte de una estrategia más amplia para fortalecer su estructura financiera frente a un entorno económico volátil, marcado por la imposición de nuevos aranceles en Estados Unidos.
La recompra total, que podría alcanzar los 85 millones de acciones, se desarrollará en tramos hasta mayo de 2030. Según la compañía, la operación busca reducir el capital social, cumplir obligaciones con programas de acciones para empleados y gestionar instrumentos financieros vinculados a la renta variable.
El anuncio coincidió con una reacción negativa en los mercados. Las acciones de ArcelorMittal retrocedieron 5 % el mismo día del anuncio arancelario, acumulando una caída del 14,6 % desde el inicio de la tensión comercial. Esta volatilidad eliminó las ganancias obtenidas a principios de 2025, dejando un balance negativo de 2,4 % en el año.
Pese al revés bursátil, la empresa mantiene su compromiso de retornar al menos el 50 % del flujo de caja pos-dividendo a los accionistas. Este enfoque reafirma su visión de largo plazo y su intención de generar valor sostenido para los inversionistas, incluso en contextos adversos.
Las decisiones recientes de la multinacional no se limitan al plano financiero. En Sudáfrica, ArcelorMittal también mostró flexibilidad operativa al retrasar hasta agosto el cierre de sus plantas de acero largo. Esta decisión se concretó gracias a una inversión estatal de 1.683 mil millones de rands (unos 91,5 millones de dólares) proveniente de la Corporación de Desarrollo Industrial (IDC). El acuerdo permitió sostener operaciones clave para la infraestructura y la industria local, así como preservar miles de empleos.
La sincronía entre el respaldo gubernamental en Sudáfrica y la reestructuración financiera global muestra cómo ArcelorMittal adapta su estrategia a las condiciones de cada mercado. Mientras asegura el flujo de capital y estabiliza su acción bursátil, también protege sus operaciones industriales fundamentales.
Este enfoque dual —financiero y operativo— refleja una visión integral de la empresa ante los desafíos globales. ArcelorMittal no solo administra sus números. También cuida sus cadenas de valor, su capacidad productiva y su impacto social, especialmente en regiones donde representa un motor económico clave.
Con este programa de recompra, la siderúrgica no solo se defiende del impacto inmediato de los aranceles, sino que refuerza su posición global como un actor resiliente y preparado para sostenerse en escenarios adversos. Y con decisiones como el caso sudafricano, demuestra que su compromiso va más allá de las cifras: apuesta por una minería y una industria del acero con rostro humano.