El Tren del Caribe, una iniciativa que busca conectar Cartagena, Barranquilla y Santa Marta con un sistema de transporte de carga y pasajeros, contará con cofinanciación del gobierno de Gustavo Petro.
Así lo confirmó la ministra de Transporte, María Constanza García, quien resaltó que están comprometidos con el megaproyecto.
“Es una obra que desde el Gobierno Nacional queremos acompañar en inversión. Normalmente, estos esquemas típicos son liderados por los gobiernos locales, pero en este caso, al tratarse de una infraestructura que recorre tres departamentos, vamos a respaldar su financiación desde el Gobierno Nacional”, señaló la ministra.
El tren, que ya cuenta con una fase de prefactibilidad, tiene pendiente avanzar en estudios y diseños que permitan su estructuración definitiva y posterior contratación, un proceso que podría requerir inversiones cercanas a los $6,6 billones.
La ministra García indicó que las reuniones para definir los esquemas de financiación ya están en marcha: “Hablábamos con el gobernador Eduardo Verano y otros actores interesados sobre el interés en este proyecto. Dialogamos con gobiernos locales y la banca para explorar cómo concurrir en la financiación del Tren del Caribe, un proyecto de 350 kilómetros que conectará Atlántico, Bolívar y Magdalena, y que integrará transporte de carga y pasajeros”.
Financiación y tiempo para el Tren del Caribe
El proyecto aún debe superar la fase de factibilidad, clave para determinar el costo real y las especificaciones técnicas del tren. Una de las alternativas propuestas desde inicio de año es financiar a través de la valorización nacional, una estrategia que busca recaudar recursos mediante contribuciones en zonas de influencia de grandes obras.
La valorización, que el gobierno Petro ha planteado como alternativa para reemplazar parcialmente los peajes, podría usarse para estructurar y desarrollar proyectos como el Tren del Caribe.
De completarse con éxito la fase de factibilidad y asegurarse los recursos necesarios, las obras del tren podrían comenzar en el mediano plazo. Se estima que su construcción tomaría al menos cinco años, lo que proyecta su entrada en operación hacia la década de 2030.