Liderada por Andrea Opitz, la empresa revaloriza más de 500 toneladas de residuos al año, ofreciendo alternativas ecológicas para la construcción en Chile.
Hace un poco más de una década, Andrea Opitz se dio cuenta que en el sur de Chile no existían opciones para una aislación térmica eficiente y sostenible. La emprendedora, con una visión innovadora, tenía claro que quería hacer algo diferente cuando decidió fundar Thermikhaus en 2013.
Opitz cuenta que se propuso llenar ese vacío con una propuesta disruptiva: utilizar cartón reciclado para crear aislantes térmicos que no solo fueran ecológicos, sino también eficaces. “Cuando partimos, no había quien ofreciera el servicio de aislación térmica con base a celulosa en el Sur de Chile, por lo que nos propusimos iniciar el emprendimiento siempre con el foco en la sostenibilidad de triple impacto”, asegura la fundadora de la empresa.
Según la ingeniera civil industrial, su motivación surgió de una combinación por su interés en la responsabilidad medioambiental y la búsqueda de soluciones innovadoras para la construcción sostenible. A más de diez años de ese primer paso, “hemos perfeccionado nuestros procesos y optimizar la cadena logística a través de la planta recién inaugurada el 2023 en Puerto Varas. Allí logramos revalorizar anualmente más de 500 toneladas de cartón y papel para transformarlo en aislación térmica eficiente y ecológica contribuyendo a la economía circular en la región de Los Lagos”, señaló Opitz.
Un producto pensado para construir de manera sostenible
El proceso que Thermikhaus sigue para producir su aislante térmico comienza con la recolección de cartón reciclado. Este material se transforma mediante un proceso industrial que incluye aditivos para garantizar su comportamiento seguro frente al fuego, a pesar de estar hecho en base a cartón. “Logramos que nuestro producto, a pesar de su origen reciclado, sea seguro y eficiente”, explica Opitz.
Una vez listo, el aislante es instalado por un equipo especializado, con maquinaria adecuada para asegurar que el producto cumpla con los estándares de calidad. Además, desde la compañía aseguran que están trabajando en un proyecto junto con Corfo para desarrollar un sistema de instalación que permita que cualquier persona pueda acceder al producto. “Con esto buscamos hacer que nuestra solución esté disponible para más hogares en Chile, y así llegar a más personas”, comenta.
Según Opitz sus productos están dirigidos principalmente a constructores, arquitectos y propietarios interesados en incorporar principios de sostenibilidad en sus proyectos. La gerente general de Thermikhaus indica que su aislante es ideal para quienes buscan certificaciones ambientales como LEED, CES o CEV, ya que sus soluciones ayudan a aumentar la eficiencia energética y el uso responsable de materiales reciclados. “Nuestros productos no solo ayudan a reducir las emisiones, sino que ofrecen un valor añadido a largo plazo en términos de ahorro energético y reducción de la huella de carbono”, afirma.
Superando desafíos y rompiendo barreras
A lo largo de los años, Thermikhaus ha enfrentado diversos desafíos. Opitz señala que uno de los principales obstáculos fue el transporte de la materia prima, especialmente antes de contar con la planta en Puerto Varas. Este proceso, sobre todo durante la pandemia, complicó la logística. Señala que otro reto importante ha sido educar al mercado sobre las ventajas de los aislantes sostenibles.
“Educar sobre las ventajas ambientales y económicas de optar por aislantes sostenibles fue difícil al principio. Los materiales tradicionales como la lana de vidrio ya estaban muy arraigados, pero hemos logrado demostrar que nuestra alternativa no solo es ecológica, sino también más eficiente a largo plazo”. Andrea Opitz, fundadora y gerente general
La ingeniera insiste en que su equipo ha trabajado arduamente en mostrar cómo sus productos ayudan a mejorar la eficiencia energética de los edificios, lo que contribuye directamente a reducir las emisiones de CO2.
La emprendedora cuenta que, a lo largo del camino, la empresa ha recibido reconocimientos como la certificación de Empresa B y el Sello Pro de la Cámara Chilena de la Construcción. “Ser una Empresa B demuestra nuestro compromiso por mejorar constantemente, tanto en el ámbito económico como en el impacto que generamos en nuestra comunidad, en el medio ambiente y en nuestro equipo de trabajo”, afirma Andrea Opitz.
Respecto al impacto ambiental de sus aislantes térmicos, la fundadora de la empresa dice que, por cada kilo de cartón reciclado que se recupera, se evita la emisión de 1,18 kg de CO2 equivalente. Esto se traduce en una reducción de casi 600 toneladas de CO2 al año, lo que equivale a compensar el consumo de 250 toneladas de gasolina. Además, aclara que estas instalaciones contribuyen a disminuir la demanda de calefacción, lo que a su vez reduce las emisiones de carbono.
Un futuro de innovación y expansión
Con el respaldo de Corfo, Thermikhaus está desarrollando nuevas tecnologías para ampliar su línea de productos, enfocándose en la industrialización y el crecimiento sostenible. Además, están buscando alianzas estratégicas, tanto con el sector público como con el privado, para aumentar su presencia en más regiones del país.
En Chile, dos de cada tres viviendas no poseen aislación térmica adecuada, según datos de la encuesta Casen 2017, señaló Opitz, lo que significa que hay una oportunidad para Thermikhaus de llevar su producto a más hogares. “Queremos generar alianzas que nos permitan llegar a las viviendas más vulnerables del país y, con nuestro producto, mejorar la habitabilidad, reducir la contaminación y disminuir el gasto energético familiar”, concluyó.
Fuente: Emol.com