El edificio chileno tradicional fue el tema de la exposición que hizo Leopoldo Breschi, socio director de VMB Ingeniería Estructural, en el marco del seminario “Inspección Técnica de Obras: Abordando la problemática de la calidad en la construcción”.
Breschi, quien fue también uno de los responsables detrás del cálculo estructural del edificio corporativo CChC en Santiago, abordó la necesidad de “defender” el diseño del edificio tradicional chileno, un edificio “de muros”, como lo caracterizó él, y que lentamente ha sido relegado en las nuevas construcciones que aparecen en el país, a pesar de haberse comportado sólidamente durante los eventos sísmicos de las últimas décadas.
“Como construcción tenemos un desafío importante: podemos ser un referente mundial. A mi modo de ver, no lo estamos aprovechando”, señaló, recordando el asombro mundial que generó el bajo daño registrado en estructuras en el terremoto del 2010.
En ese marco, repasó algunos edificios tradicionales chilenos que han resistido sin mayores daños distintas adversidades: las Torres de Tajamar y la Torre Santa María, entre ellas. “Este tipo de edificio se ha portado muy bien pero por algún motivo lo estamos castigando. Hay responsabilidad de la industria, del Estado, de la academia, de los ingenieros que hemos trabajado en estos cambios y no hemos tenido la fuerza para imponer lo que es más o menos obvio”, aseguró.
Según remarcó, a partir del terremoto de 2010 y las actualizaciones normativas que le siguieron se ha dado preferencia a la construcción de edificios “de marco”, con pilares y vigas, que tienen otro comportamiento y son más recurrentes en países en los que no hay tanta actividad sísmica.
En esa línea, lamentó que actualmente no se realicen mediciones sobre los efectos de los movimientos sísmicos en las construcciones, para tener una forma de comparación entre los distintos tipos de edificios. “Esta tipología de edificios es la que ha funcionado muy bien y nos ha dado el prestigio mundial. Medir es imperativo”, aseveró.