En un mundo donde la eficiencia energética y la sostenibilidad son cada vez más importantes, los edificios inteligentes se destacan por su capacidad para monitorear y gestionar una amplia variedad de variables.
Sorprendentemente, un edificio de oficinas puede contar con hasta 10.000 puntos de medición que permiten optimizar su funcionamiento en aspectos como la calidad del aire, el clima interior, el consumo de energía y agua, la iluminación, el riego, los ascensores, las alarmas de incendio, los sistemas de videovigilancia y control de acceso.
Las plataformas de Building Management Systems (BMS) permiten realizar un seguimiento exhaustivo de estas variables, lo que se traduce en ahorros significativos en energía y recursos. Por ejemplo, conocer cuánta energía consume cada piso, oficina o local permite tomar decisiones informadas para reducir el consumo y mejorar la eficiencia energética del edificio.
Según Jorge Martínez, Subgerente de Sistemas y Aplicaciones Digitales de Fleischmann S.A., la inteligencia artificial juega un papel crucial en este proceso. “Gracias al uso de Inteligencia Artificial que analiza el Big Data, se puede comparar información histórica para buscar posibles mejoras y apoyar la administración de los inmuebles al analizar comportamientos y predecir fallas en diferentes dispositivos que son los que dan vida al edificio”. Explica que estableciendo ratios de consumo de energía en relación con el uso o carga de los edificios, es posible medir y gestionar la eficiencia energética, operativa y de mantenimiento.
Martínez también resalta la capacidad de predecir fallas en motores, sensores y otros equipos mediante el uso de IA. “Con la ayuda de la Inteligencia Artificial, se pueden generar correlaciones que permiten anticipar la necesidad de cambiar maquinaria, válvulas o realizar mantenimientos preventivos”. Explica que este tipo de monitoreo es vital, considerando que entre el 60% y el 70% del consumo de energía de un edificio proviene de los sistemas de climatización, seguidos por la iluminación, el agua, los ascensores y los equipos de computación.
Para mejorar la eficiencia energética de una instalación, es necesario definir el clima adecuado según la estación del año, la hora del día y la temperatura exterior del edificio. Esto se conoce como el set point del edificio, donde se definen las variables térmicas internas y externas, así como la temperatura que se desea mantener internamente.
Las soluciones del Internet de las Cosas (IoT) potencian las capacidades de gestión de los edificios inteligentes, aplicando tecnologías y Big Data para optimizar la eficiencia energética, la continuidad operativa y el confort de las dependencias.
Héctor Sepúlveda, gerente general del área de Servicios de Fleischmann S.A., señala que la IoT permite complementar las soluciones de diferentes edificios con sensores inalámbricos conectados a internet que monitorean aspectos como la energía, temperatura, calidad del aire, entre otros. “Estos sensores son de bajo costo y alta escalabilidad, y pueden ser usados tanto en edificios nuevos como existentes”, agrega.
No todos los edificios son iguales en términos de puntos de medición. En los malls, por ejemplo, estos puntos pueden llegar a las 30 mil variables, mientras que en hospitales oscilan entre 50 mil y 80 mil. En los data centers, la cifra asciende a más de 130 mil variables.
Los hospitales, que tienen altos desafíos de medición, requieren entre 50 mil y 80 mil puntos de medición. Aspectos como la temperatura, la humedad y la presión del aire son claves para evitar la propagación de patógenos, lo que es esencial para la seguridad de los pacientes. “Aquí, las mediciones no solo son necesarias, sino vitales, ya que están directamente relacionadas con el cuidado de vidas humanas”, enfatiza Jorge Martínez.
En cuanto a los data centers, que poseen el récord en puntos de medición, la cifra supera las 130 mil variables. La exigencia de estos centros para no dejar nunca de funcionar, implica la necesidad de sistemas redundantes para cada equipo en caso de fallos, cortes de agua o electricidad. Además de asegurar su funcionamiento permanente, es crucial medir la eficiencia en el uso de la energía (Power Usage Efficiency) y del agua (Water Usage Efficiency), aspectos fundamentales para la sostenibilidad de estos proyectos.
Martínez explica que las nuevas construcciones han mejorado enormemente sus sistemas de climatización, buscando incrementar el uso de aire para disminuir el de agua en los sistemas de refrigeración. Un ejemplo de esto son los sistemas de Free Cooling, que permiten aprovechar el aire frío del ambiente en invierno, minimizando el uso de energía para mover y enfriar el aire, y retrasando la activación de equipos de climatización.