A pesar de que el número de usuarios accediendo a planes de telecomunicaciones en Colombia es cada vez mayor, los ingresos e inversiones de la industria no crecen al mismo ritmo por un complejo entorno que dificulta y vuelve más costosa la operación.
“Enfrentamos una situación crítica que pone en peligro su sostenibilidad. Además de requerir cada vez más inversiones significativas para mantener las redes, aumentar la capacidad para el creciente uso de datos móviles, acceder al espectro y desplegar redes 5G, los ingresos promedio por usuario han caído un 55 % entre 2012 y 2022”, expuso WOM.
Como consecuencia de estas variables. Esta empresa de telecomunicaciones que cuenta con más de seis millones de usuarios, por ejemplo, se encuentra actualmente en un proceso de reorganización en Colombia para resolver su situación financiera y continuar con la prestación regular de su servicio.
Aunque en la otra orilla, un competidor como Claro -que hoy tiene el 50 % del mercado del país y es el único que genera utilidades ($1,6 billones en primer semestre de 2024) también percibe los mismos problemas.
“Este sector paga impuesto al consumo, impuesto del IVA, que limita el acceso a las zonas más apartadas del país. También tenemos contribuciones al Futic (Fondo Único de TIC) de 1,9 % de los ingresos -cuando en la región es de 1 %-. Además, tenemos obligaciones de conectar empresas y carreteras”, afirmó Rodrigo Gusmao, presidente de la compañía en el país.
A su juicio, “la carga impositiva que tienen los operadores es demasiado grande y por eso es que el sector está pasando por dificultades”.
En Colombia, lo operadores también debe pagar un porcentaje de 0,7 % de los ingresos por renovación de 850 MHz y 1900 MH.
El costo del espectro en Colombia:
En Colombia, el valor del espectro es considerado como uno de los más altos en la región, tal como se resalta en recientes informes como el de GSMA, la compañía latinoamericana especialista en el sector de las telecomunicaciones.
De hecho, la firma argumenta que reducciones en el costo del espectro sobre los ingresos recurrentes (CPRR) en países como México, Ecuador, Colombia, Argentina, Perú y Paraguay demuestra que mejoras significativas en la calidad de red y la velocidad de despliegue de cobertura en el país serían posibles.
“Lo que ha venido pasando con nosotros son señales de que el modelo no está funcionando. El Gobierno ha tomado una actitud positiva bajando los costos del espectro 5G, pero todavía hay algunas medidas que se podrían tomar para aligerar la carga de contribución a fin de liberar más fondos para seguir invirtiendo”, expuso Carlos Blanco, presidente de Tigo.
Para el empresario, es muy positivo todo el diálogo que se viene gestando en el sector entre Gobierno, autoridades y operadores, pero se requieren acelerar procesos porque cada vez que la gente aumenta consumos “es dinero que hay que invertir con cero retorno nuevo”.
“En nuestro caso toda la nueva capacidad que tenemos que poner en la red no viene acompañada de rentabilidad porque la tarifa es una sola. Hoy en día el consumo promedio en Colombia está en 18 GB mensuales, eso es altísimo y el año pasado bajaron 35 % las tarifas, entonces en un mundo además donde las inversiones de las infraestructuras son en dólares”, mencionó.
Colombia le está apuntando a la masificación de su red 5G, que desde 2023 quedó establecida con la subasta que hizo el Gobierno. No obstante, la consolidación de esta red no es tan viable en el corto plazo.
Según el Ontic, el 5G en Colombia hoy representa el 0,7 millones de los accesos en el país, por debajo del 4G -que lidera con 39 millones y el 3G, con cuatro millones.
“El 5G utiliza una frecuencia alta de 3,5 Gigas Hertz, el 4G utiliza frecuencias más bajas. En telecomunicaciones, cuando la frecuencia es más alta, la cobertura es menor. Entonces cuando se pone una antena en este punto en 4G cubre más, pero en 5G menos y eso hace que se necesiten muchas más antenas de 5G para la misma área de cobertura”, destacó el directivo de Tigo.
Aunque hay quienes afirman que el sector se encuentra en crisis, para Camilo Sánchez, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos y Comunicaciones (Andesco) que lo que está ocurriendo es una reacomodación del sector.
“Esta es una industria que le ha servido mucho a la economía, es factor fundamental para la reactivación económica. Necesitamos no solo llegar a tecnologías 5G, sino llegar a otras tecnologías que tenemos, lograr tener una conciencia de las regiones para extender nuestras antenas. Todo el mundo pide mejor servicio, pero cuando hablamos de poner las antenas, dicen que no es el momento adecuado”, expone.
Con esto concuerda el presidente de Tigo y afirma que a la gente no le gusta ver las antenas en su vecindario. Como consecuencia, “se están buscando técnicas con microseldas para ponerlas en los postes de iluminación”.
“Hay toda una parte tecnológica asociada al 5G que también hace que no sea económicamente viable si no existen muchos clientes que tengan los teléfonos inteligentes. Una vez se alcanza un punto en el que hay varios clientes con teléfonos 5G, entonces los operadores vamos a desplegar las operaciones de 5G no por obligación, sino porque nos abaratan los costos”, comentó Blanco.