México no cumplirá con la meta de alcanzar el 35% de generación eléctrica mediante fuentes limpias al cierre del 2024 y se quedará en al actual 30%, tanto por la falta de inversión en el sector público como por los obstáculos que se han dado para que las empresas privadas adquieran permisos para nueva infraestructura, aseguró Regulo Salinas, presidente de la Comisión de Energía del Consejo Coordinador Empresarial.
“Y no hay sanciones, no habrá forma de sancionar al gobierno o al sector en general, nos vamos a quedar por debajo de la meta y ya, es prácticamente imposible que avancemos lo que se necesita ya en tan corto tiempo, no se avanzó cuando fue posible y no hay una ruta para que se haga ahora”, dijo el empresario a El Economista.
De una participación de 19.3% en la canasta de generación del 2017 por parte de este tipo de energía que no genera emisiones de bióxido de carbono, se subió a 21% y luego a 20.3% en 2018 y 2019, para que gracias al arranque de proyectos adjudicados en las subastas de adquisición de energía de la administración pasada, en 2020 se escalara hasta una participación de 24.2% y en 2021 a 27.2%, teniendo los crecimientos más importantes que ha habido en este rubro. En 2022, la participación se redujo a menos de 27% y hasta el tercer trimestre del 2023, la proporción es de 30.1%, una cifra que será difícil superar, dijo el experto.
Y es que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) cuenta con planes y recursos para modernizar de manera total las hidroeléctricas La Villita, Infiernillo, Zimpapan, Humaya y Peñitas, en Michoacán, Guerrero, Hidalgo, Sinaloa y Chiapas, respectivamente, y también de manera parcial para las plantas hidroeléctricas de Mazatepec y Malpaso, en Puebla y Chiapas.
Con ello, la generación hidroeléctrica volverá a aportar 16% del total nacional, luego de que por falta de uso de la infraestructura que ha sufrido daños por falta de mantenimiento ha caído en los últimos años.
En tanto, la central fotovoltaica de Puerto Peñasco, Sonora, únicamente llegará a un máximo de 420 megawatts en operación en 2024. Esto, siempre y cuando se logre echar a andar la segunda fase de este proyecto el próximo año, en que concluirá la instalación de 300 megawatts en páneles que se unirán a los 120 megawatts que ya operan desde la apertura de la primera etapa y fase de pruebas de este proyecto emblemático en materia de energía renovable para el país.
Con esta infraestructura de Puerto Peñasco en funciones -que será apenas la mitad de la capacidad comprometida para esta planta- en 2024 la participación de la energía fotovoltaica alcanzará en los momentos de mayor radiación solar y uso de los 190 megawatts de almacenamiento de la energía en el sitio, un máximo de 3% de energía solar en el sistema.
Sin embargo, la energía limpia, que por definición es aquélla que no emite gases de efecto invernadero durante su generación, y que es la biomasa, solar, hidroeléctrica, geotermia, nuclear y eólica, aumenta su penetración en un sistema con grandes proyectos, como los eólicos de privados, que han llegado a unas 70 plantas con una penetración de casi 9% del total nacional, que ya no crecerá en esta administración, al menos, porque no se otorgan nuevos permisos para nuevos proyectos en la CRE.