Pese a ser uno de los sectores que más “jalonan” la economía, la construcción no ha pasado por buenos momentos en los últimos meses. Un carrusel entre devaluación, eliminación de los subsidios para formatos VIS, incertidumbre, desistimiento en la compra de vivienda, reducción de recursos del presupuesto nacional y comportamiento de las tasas de interés la han lesionado y, con ello, a muchas empresas.
No obstante, la actividad constructora sigue firme y las empresas del ramo, que ocupan a cerca de 1.600.000 personas con empleos directos, intentan mantenerse a flote a través de estrategias de ahorro en los gastos y de reducción de costos.
Lo que no todas saben es que, aunque el panorama no sea especialmente favorable, existen alivios tributarios a los que se puede acceder previo cumplimiento de unos requisitos específicos.
Algunos de ellos están consagrados en la Resolución 319 de 2022 “Por la cual se establecen los requisitos y el procedimiento para la evaluación de las solicitudes de evaluación y emisión de los certificados que permitan acceder a los incentivos tributarios de la Ley 1715 de 2014”.
Dicha Ley, junto con el Estatuto Tributario, contemplan todas las condiciones que se deben cumplir para acceder a estos alivios y, con ello, promover la adopción de prácticas sostenibles y proyectos amigables con el medio ambiente, como son la eficiencia energética, el uso de energías renovables y la reducción de emisiones contaminantes.Las empresas que cumplan con los requisitos establecidos en una y otro, podrán tener una deducción del 50% del valor invertido en los proyectos sostenibles y la depreciación acelerada de activos.
Es decir, un importante incentivo que revierte en beneficios económicos. De hecho, las personas jurídicas que evidencien inversiones en actividades que permitan controlar, conservar y mejorar el medio ambiente podrán descontar de su impuesto sobre la renta a cargo el 25% de los dineros que hayan invertido en el año gravable. Un valor nada despreciable que, sin duda, fomentará estas prácticas en las empresas del sector.
Asimismo, tendrá impacto en la amortización de la depreciación de la maquinaria, equipos y hasta las obras civiles que se utilicen en los proyectos de energías renovables y de eficiencia energética, factores que se verán reflejos como gasto deducible sobre el impuesto de renta.
¡Ser sostenible, paga!