La conducción en climas extremos presenta desafíos significativos para los conductores de la industria minera. Los conductores deben enfrentar temperaturas radicales, tanto frías como calientes, superando los 40°; al mismo tiempo lluvias torrenciales, nieve y vientos fuertes. Las condiciones climáticas adversas aumentan el riesgo de accidentes, ya que la visibilidad se reduce y las carreteras se vuelven peligrosas.
Según el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), el 15? los accidentes laborales graves en la industria minera están relacionados con condiciones climáticas extremas; según la misma entidad, en los últimos 20 años (2000-2024), el 23? los accidentes fatales ocurridos en la mediana y gran minería han sido del tipo “ocasionado por vehículo motorizado”.
Tales cifras se han visto controladas y reducidas de la mano de la tecnología de monitoreo vehicular, la cual es precisa en detectar y prevenir accidentes. Según Central GPS, la tecnología de geolocalización es capaz de identificar fallas en los vehículos, la actividad y comportamiento de los conductores, además del rastreo de viajes y controles de rutas.
“Los conductores en la industria minera enfrentan varios desafíos cuando operan en climas extremos, como alta temperatura, lluvias intensas, fuertes vientos, niebla espesa, y condiciones de alta montaña. Dichos factores, pueden afectar la visibilidad, la tracción y la eficiencia del vehículo, aumentando el riesgo de accidentes y dificultando la operación diaria”, indicó Francisco Romero, gerente de Operaciones de Central GPS.
Conforme al experto, para proteger a los conductores en estas condiciones, se deben implementar varias medidas de seguridad, como mantener los vehículos en buen estado, utilizar neumáticos adecuados, instalar sistemas de desempañado y calefacción, y proporcionar capacitación específica en manejo en climas adversos. Se recomienda manejar a velocidades reducidas, aumentar la distancia y evitar movimientos bruscos
“Las altas temperaturas pueden afectar negativamente el rendimiento de los autos mineros. El sobrecalentamiento del motor, la pérdida de tracción y la disminución de la eficiencia del combustible son algunos de los problemas más comunes. Además, es posible que la visibilidad reducida y la adherencia al pavimento incrementen el riesgo de accidentes”, afirmó Romero.
Adicionalmente, dijo el ejecutivo, dichos escenarios tienen un impacto significativo en la logística y la planificación de rutas en la minería. Estos, generalmente causan retrasos en la entrega de materiales, daños a la infraestructura y la necesidad de rutas alternativas. Por lo tanto, es crucial monitorear las condiciones meteorológicas y ajustar las rutas y horarios de transporte en consecuencia.
“Se están utilizando varias tecnologías para mejorar la seguridad y eficiencia de la conducción en climas extremos, como sistemas de asistencia al chofer, cámaras de visión nocturna, sensores de temperatura y humedad, y sistemas de control de tracción. Ellas, ayudan a mejorar la visibilidad, la tracción y la eficiencia del combustible, reduciendo el riesgo de accidentes y mejorando el rendimiento del vehículo”, finalizó Francisco Romero.
Tales recursos se estima que en un futuro próximo apoyen la productividad en la industria de un 15% en los siguientes 3 a 5 años, beneficiando otras exigencias tantos humanas como ambientales que son requeridas en la minería a nivel nacional.
Según las Estadísticas de Accidentabilidad Minera del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), más recientes en la materia del uso de sensores, monitoreo remoto, drones y la automatización de procesos ha contribuido a disminuir las fatalidades en la minería desde 45 en 2010 a 12 en 2022, y los accidentes de 41 en 2010 a 11 en 2022.