La minería regenerativa es un concepto relativamente nuevo, pero que ha ido ganando terreno en los últimos años. A diferencia de la minería tradicional, que suele ser percibida como una industria extractiva con un gran impacto ambiental, la minería regenerativa busca devolver más de lo que toma. En el caso de Vizsla, uno de los ejes principales de su proyecto es la gestión responsable del agua, un recurso vital para las comunidades y el medio ambiente. Fernando Berdegué, director general y fundador de Minería de Durango, destacó la importancia de este aspecto en el nuevo enfoque minero que están impulsando. “A diferencia de la minería convencional, estamos comprometidos con una gestión mucho más rigurosa del agua, porque entendemos que es uno de los bienes más preciados para las comunidades y para el planeta”, afirmó Berdegué.
Este compromiso con el agua incluye la implementación de tecnologías avanzadas para reducir el consumo en las operaciones mineras, así como la reutilización y el tratamiento de las aguas residuales. La minería regenerativa, según Berdegué, no solo debe limitar su impacto negativo, sino también contribuir activamente a la restauración de los ecosistemas afectados por la actividad minera. “Queremos demostrar que es posible hacer minería de una manera que beneficie al medio ambiente, y que esta puede ser una herramienta para la regeneración de la tierra y los recursos”, señaló.
Además de la gestión del agua, otro pilar fundamental del proyecto de Vizsla es la transformación de los residuos mineros en productos reutilizables. Este enfoque se enmarca dentro de una estrategia de economía circular, que busca reducir el desperdicio y aprovechar al máximo los recursos disponibles. Los desechos típicos de la minería, como los escombros o los subproductos del proceso de extracción, serán procesados y reutilizados en lugar de simplemente ser desechados, reduciendo así el impacto ambiental de la actividad minera. Este tipo de innovación no solo tiene beneficios ambientales, sino también económicos, al generar nuevos productos y mercados a partir de lo que antes era considerado basura.
Vizsla está convencida de que este modelo de minería regenerativa no solo beneficiará al medio ambiente, sino que también tendrá un impacto directo en las comunidades locales. La empresa planea destinar parte de su inversión a mejorar la infraestructura y los servicios en las localidades cercanas a las operaciones mineras. Esto incluye la construcción de instalaciones de tratamiento de agua, la mejora de los caminos y el apoyo a proyectos comunitarios que promuevan el desarrollo sostenible. Además, Vizsla trabajará de la mano con las autoridades locales y organizaciones comunitarias para asegurarse de que los beneficios de la minería lleguen a quienes más los necesitan.
Uno de los aspectos más innovadores de esta iniciativa es su enfoque en la capacitación y empleo de los habitantes de las comunidades locales. Vizsla planea crear cientos de empleos directos e indirectos a lo largo de la duración del proyecto, y para ello, ofrecerá programas de capacitación en minería regenerativa y en tecnologías sostenibles. Este enfoque no solo generará empleos, sino que también dotará a los trabajadores de nuevas habilidades que podrán utilizar en otros sectores de la economía en el futuro. “Queremos que las comunidades sean parte integral del éxito de este proyecto. No solo vamos a ofrecer empleos, sino que vamos a capacitar a las personas para que puedan desarrollarse en la minería del futuro, que es más responsable y sostenible”, explicó Berdegué.
Vizsla busca con esta inversión posicionarse como un referente de minería responsable en México. La empresa ha expresado su deseo de que este proyecto sirva de ejemplo para otras compañías mineras que operan en el país y más allá. “Queremos cambiar la percepción de la minería, demostrar que puede ser una fuerza para el bien cuando se hace de manera responsable y sostenible”, dijo Berdegué. Esta declaración refleja la ambición de Vizsla de ir más allá de los beneficios económicos inmediatos de la minería, para centrarse en un enfoque a largo plazo que tenga en cuenta el bienestar de las personas y del planeta.
En definitiva, la inversión de mil millones de pesos en minería regenerativa por parte de Vizsla en Sinaloa representa un gran paso hacia la transformación del sector minero en México. Con un enfoque en la sostenibilidad, la economía circular y el bienestar de las comunidades, este proyecto tiene el potencial de convertirse en un modelo a seguir para otras iniciativas mineras en el país. Vizsla está demostrando que la minería no tiene por qué estar en conflicto con el medio ambiente y que, con la inversión adecuada y una visión de largo plazo, puede ser una herramienta para el desarrollo sostenible.
La minería regenerativa es el futuro de la industria, y Vizsla está liderando el camino en México con un proyecto ambicioso que promete beneficios tanto para las comunidades locales como para el medio ambiente.