En medio del posicionamiento de las energías renovables y de la discusión alrededor del Fenómeno de El Niño, Unergy, una startup colombiana, busca impulsar los proyectos solares, con minigranjas, a la vez que apuesta por el aprovechamiento de terrenos improductivos en el país.
La propuesta de esta empresa, fundada en 2020, es la instalación de plantas a pequeña escala con una potencia nominal de 1 megavatio de energía, que puede suplir la energía de 500 a 600 hogares.
Así lo explica Nicolás Villegas, cofundador y CTO de Unergy, en entrevista con Valora Analitik durante el séptimo Encuentro y Feria Renovables Latam, que se realiza en Barranquilla (Atlántico) hasta este viernes, 19 de abril de 2024.
“Le apostamos en Colombia a la generación distribuida. Le pusimos el nombre de minigranjas porque son proyectos que, a pesar de la impresión de ser grandes, son pequeñas frente a los parques solares”.
A la fecha, Unergy tiene en operación cinco minigranjas solares concentradas en la costa Caribe en Colombia, particularmente en Atlántico, Valledupar y Sucre. Además, avanza en la construcción de otras seis, que serán conectadas al sistema colombiano en el primer semestre de 2024, llegando a 11. La meta, dice Villegas, es llegar a 30 proyectos operando a final de año.
El potencial de las minigranjas solares de Unergy en Colombia
Cada una de estas minigranjas se instalan cerca a los centros de consumo (como veredas o municipios). “Le apostamos a este proyecto no solo por la oportunidad de mercado, sino porque creemos que es fundamental para la seguridad y la transición energética en Colombia”, apunta el jefe de tecnología de Unergy.
Lo anterior, por el gran potencial que estas minigranjas solares tienen para la producción de energía en el país. Esto lo explica Villegas con un ejemplo:
“Hidroituango es un proyecto que equivale en potencia nominal a unas 2.500 minigranjas. Hay diferencias, porque utilizan recursos diferentes (agua y sol), pero creemos que en Colombia hay una capacidad para instalar de 2.500 a 3.000 minigranjas”. Es decir, con estos proyectos se podría equiparar la producción de la hidroeléctrica en Antioquia, que -cuando tenga sus ocho turbinas en operación- generará el 17 % de la capacidad instalada en el país.
Pero, además, Unergy busca darles uso a terrenos improductivos.
Para la instalación de una minigranja, los terrenos deben cumplir con cuatro requisitos: tener un área de dos a tres hectáreas, ser planos o con una inclinación leve, contar con vías de acceso y que haya líneas de energía cercanas.
Si se cumple con estos requisitos, se formula un contrato de arrendamiento entre Unergy y el propietario de la tierra para que en el espacio se instale el proyecto. Villegas agrega que también se podrían comprar, sin embargo, los arriendos son más eficientes financieramente.
“Generamos energía más cerca de los centros de consumo, reduciendo el transporte de la energía. Planteamos esta solución para que haya más eficiencia, se aprovechen mejor las redes y se descongestionen, y que esto se traduzca en una disminución de las tarifas de los usuarios finales”, argumenta Villegas.
Los retos
No obstante, y pese al potencial de los proyectos, también se enfrenta a múltiples retos.
El primero de ello tiene que ver con los arrendamientos. Estos contratos, explica, son por alrededor de 32 años, equivalentes a la vida útil de los proyectos. “Mucha gente, por eso, prefiere no hacerlo, porque es comprometerse a largo plazo”.
Pero, además, se encuentra con el riesgo de que se desplacen las actividades productivas de las regiones, dado que, por las características de los terrenos que buscan, estos son propicios para ganadería o agricultura No es un problema exclusivo de Colombia.
En España -donde ha habido un boom de plantas solares- organizaciones rurales han denunciado estos cambios en el uso de la tierra, poniendo sobre la mesa las dificultades que esto conlleva.
“Para agricultura una hectárea se puede arrendar en alrededor de $2 millones”, ejemplifica Nicolás Villegas.
Y añade: “Hay cierta predisposición a pensar que como somos una empresa de energía entraremos con arriendos agresivos. Podríamos hacerlo, pero podría darse especulación porque dirían que no arriendan para agricultura sino para una empresa energía. Eso ya ha pasado en otros países y es precisamente lo que queremos evitar”.
Y el tercer gran reto es el mantenimiento, dado la dispersión de las minigranjas solares de Unergy en Colombia. “Al tener muchos proyectos pequeños, la operación y mantenimiento es compleja. No es lo mismo operar un proyecto de 100 megavatios que 100 proyectos de 1 megavatio cada uno, entre los que hay que desplazarse”.
Como respuesta a esto, Unergy, en su operación, forma clústers de minigranjas por zonas, con el fin de optimizar los costos.
Pese a los desafíos, eso sí, Nicolás Villegas dice a Valora Analitik que la apuesta de Unergy es clara. Tanto que tienen en desarrollo de ingeniería y financiación alrededor de 300 proyectos. “Las condiciones están apropiadas y hay un interés genuino del mercado”, concluye.