Proyecto de US$ 1.700 millones marca un hito en la modernización de la metalurgia nacional
El vicepresidente ejecutivo de la Empresa Nacional de Minería (ENAMI), Iván Mlynarz, destacó la aprobación ambiental del proyecto Nueva Fundición Hernán Videla Lira (FHVL) como “un paso trascendental para la minería chilena”, tras casi dos años de tramitación ante el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) y la Comisión de Evaluación Ambiental de Atacama (COEVA).
“Después de 23 meses de trabajo técnico, la COEVA nos ha dado de manera unánime la aprobación del Estudio de Impacto Ambiental. Este resultado da certezas medioambientales a los vecinos y vecinas de Atacama. Es una gran noticia para Chile y para la región”, afirmó Mlynarz.
El proyecto, con una inversión estimada de US$ 1.700 millones, se construirá en los terrenos donde se ubicaba la antigua fundición de Paipote y contempla la instalación de un complejo metalúrgico integral con tecnología inédita en el país, orientado a una operación rentable, limpia y sostenible.
Tecnología de última generación y captura de emisiones superior al 99%
La nueva planta incorporará las mejores técnicas disponibles a nivel internacional en materia de eficiencia energética y control ambiental. “Chile estuvo 30 años sin construir una fundición. Las existentes cuentan con tecnologías antiguas que ya llegaron a su límite técnico. Por eso decidimos ir más allá e impulsar la primera fundición del siglo XXI, con una capacidad de captura de emisiones superior al 99%”, explicó Mlynarz.
El proyecto incluye un sistema de recuperación energética que permitirá autogenerar hasta el 50% de la energía eléctrica mediante el aprovechamiento del calor de los procesos metalúrgicos. Además, el 100% del agua industrial utilizada será desalada, reduciendo el uso de fuentes continentales y asegurando una operación coherente con los criterios de minería sustentable y eficiencia hídrica.
Aporte estratégico al sistema FURE y a la agregación de valor
La Nueva Paipote se enmarca dentro de la Estrategia Nacional de Fundiciones y Refinerías (FURE) impulsada por el Gobierno, orientada a recuperar la capacidad metalúrgica nacional tras el cierre de Ventanas y la paralización de la FHVL.
“Este proyecto recupera la capacidad de fundición de cobre en Chile, pero con tecnología moderna y altos estándares ambientales. Es el único proyecto concreto que aporta valor agregado a nuestra minería, transformando concentrados en cobre refinado y fortaleciendo la cadena de valor local”, destacó el vicepresidente ejecutivo de ENAMI.
Financiamiento y próximos pasos
Tras obtener la Resolución de Calificación Ambiental (RCA), ENAMI trabaja en la obtención de las autorizaciones sectoriales restantes, incluidas las de Cochilco y del Ministerio de Desarrollo Social y Familia.
En paralelo, la estatal avanza en opciones de financiamiento mixto, como el proceso de offtake con bancos, fondos de inversión y empresas mineras interesadas en adquirir parte de la producción de cátodos. “Una vez que tengamos esas aprobaciones, nuestro directorio estará en condiciones de tomar la decisión inversional. La meta es iniciar obras durante la primera parte de 2026”, precisó Mlynarz.
Impacto regional: empleo y dinamismo para Atacama
El ejecutivo destacó que ENAMI es parte del tejido social y productivo de Atacama, y que la modernización de Paipote generará beneficios directos para la comunidad.
“Durante la construcción se crearán cerca de 3.000 nuevos empleos, además de dinamizar actividades asociadas como servicios, alojamiento, transporte y comercio. Esta fundición no solo moderniza la industria, también impulsa el desarrollo regional con una mirada sustentable”, señaló.
Mlynarz enfatizó que el proyecto “nace desde Atacama y para Atacama”, garantizando procesos más limpios, mayor valor local y una nueva etapa para la pequeña y mediana minería, fortaleciendo la capacidad del país de refinar sus propios minerales críticos.



