La 7ª Edición de la Academia de Digitalización en Minería —convocada por INNOMOTICS y Mujeres WIM de México, con sede remota desde la Pontificia Universidad Católica de Chile y presencial en el Centro Cultural Minero— reunió a líderes de México, Perú y Chile para alinear la adopción de IoT, inteligencia artificial y big data con metas de eficiencia, sostenibilidad y trazabilidad.
El consenso fue claro: en una coyuntura marcada por la transición energética y mayores exigencias ESG, la digitalización con propósito es el vector que convierte datos en acciones de prevención de riesgos y mejora ecoeficiente de agua, energía y emisiones.
Liderazgo femenino como palanca de transformación
Al inaugurar los trabajos, María Teresa Garza, Manager México, Centroamérica y El Caribe de INNOMOTICS, colocó el listón estratégico: “La minería del futuro no se construye con herramientas del pasado. Se construirá con tecnología digital, con visión estratégica y sobre todo con liderazgo, liderazgo femenino”.
La Cámara Minera de México aportó datos y hoja de ruta. En el panel “Experiencia de participación de mujeres en minería”, su directora general, Karen Flores, subrayó el salto de la fuerza laboral femenina y su impacto en desempeño social y de gobernanza: “Hoy en día vemos en México más de 77 000 mujeres que trabajamos en esta industria… crecimos un 5% adicional” y “en los últimos 10 años hemos crecido… en un 85%”. Agregó, además, la huella productiva y social del sector: “En México la minería actualmente genera más de 3 millones de empleos” con remuneraciones “por arriba del 30% del promedio nacional”, y avances concretos en desempeño ambiental: “en promedio… se recircula el 70% del agua y hay operaciones” que alcanzan “un 90%”.
Perspectiva regional y cadenas de valor críticas
Desde la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Orlando Reyes ofreció el marco económico y de política pública: “La región cuenta con una vasta riqueza geológica…” —plomo, cobre, grafito, níquel, cobalto y tierras raras—, pero “para que se traduzca a un desarrollo sostenible es necesario… una transformación estructural que integre no solo el crecimiento económico sino también la inclusión social y… la sostenibilidad ambiental”. El llamado incluyó fortalecer capacidades técnicas, operativas, políticas y prospectivas para reducir incertidumbre regulatoria, mejorar la toma de decisiones y atraer inversión alineada con las transiciones energética y digital.
Por su parte, Antonia Stieglitz (AHK Chile) destacó la cooperación birregional y los programas de redes femeninas: “Chile y Alemania son un match perfecto” y “queremos ver mujeres en posiciones altas…”. Añadió casos donde “se ha logrado un 40% de mujeres operadoras”, evidencia de que los modelos de inclusión son replicables.
Digitalizar con propósito: sostenibilidad que decide
Violeta Anaya Zamora, gerente global de Sostenibilidad en SSR Mining, situó el vértice operativo: “La minería se encuentra entre la urgencia y la oportunidad”. Con la presión de cumplir el Acuerdo de París —que demanda “hasta un 500% más” de ciertos minerales críticos—, la respuesta no puede ser solo más producción, sino decisiones informadas en tiempo real para prevenir incidentes, reducir emisiones y optimizar consumos. Su tesis central fue inequívoca: “Digitalizar sin propósito es solo automatizar. Digitalizar con propósito es regenerar”. La trazabilidad integral —operativa, social y ambiental— y la integración de plataformas para reportes ESG coherentes son, dijo, indispensables para pasar de los datos al valor.
Industria 5.0: el talento al centro del cambio
En la conferencia “La mujer y el camino hacia la minería digital”, Fernando Alanís, consejero de Camimex, defendió el salto de la Industria 4.0 a la 5.0 como un giro humanocéntrico: “La industria 5.0… reposiciona a la persona” y exige “el mejor ‘humanware’” para que hardware y software entreguen resultados. La transformación, enfatizó, no se limita a sensores o robots; implica cultura, liderazgo y habilidades: “La digitalización… no es un evento, es un proceso continuo”. Más aún, sostuvo su potencial igualador: “La digitalización tiene ese potencial… de romper esas últimas barreras” que aún limitan la inclusión, habilitando operaciones remotas y modelos de trabajo flexibles que expanden el acceso femenino a roles técnicos y de decisión.
Casos de tecnología aplicada: seguridad y productividad
La visión de operación conectada estuvo presente en los testimonios de Chile. Juliana —desde el ámbito de autonomía minera— describió el cambio de paradigma: “Para nosotros [los gemelos digitales] es una plataforma viva” que permite “simular escenarios”, anticipar fallas y optimizar procesos. Los resultados son tangibles: “pudimos… entregar una mina mucho más segura” y “la autonomía y la remotización también ha logrado entregar una mejora de productividad”. Su conclusión operativa sintetiza el imperativo de capacidades: “Hoy la minería ya no logra seguir con lo de siempre. Necesitamos… diversidad [y] capacidades tecnológicas”.
Gobernanza de datos y confianza social
El panel coincidió en que la creciente auditabilidad ESG y la presión de actores externos están acelerando la adopción de tecnologías para monitoreo de emisiones, agua y biodiversidad, así como sistemas de detección temprana de riesgos. Anaya lo planteó con franqueza operativa: detección de fugas y fallas estructurales “antes de que sean crisis”, integración de datasets dispersos para decisiones oportunas y uso ético de la información para proteger a personas, ecosistemas y comunidades.