TGI insiste en las plantas de regasificación para enfrentar el déficit de gas: “No hay que escoger entre La Guajira y Coveñas”

Pese a que Ecopetrol rechazó la propuesta de TGI, filial del Grupo Energía Bogotá (GEB), para construir conjuntamente una planta de regasificación en La Guajira, la transportadora de gas volvió a la carga. En un nuevo comunicado, la compañía insistió en que Colombia necesita desarrollar los dos proyectos —el de Ballena (La Guajira) y el de Coveñas (Sucre)— para cubrir el déficit de gas natural que se avecina en los próximos años.

De acuerdo con las cifras del Gestor del Mercado de Gas Natural, el país enfrentará un déficit de 117 millones de pies cúbicos diarios (Mpcd) en octubre de 2026, cifra que podría duplicarse hasta 220 Mpcd hacia finales de 2027.
Frente a ese panorama, la empresa afirma que no se trata de escoger un solo proyecto, sino de ejecutar ambos para garantizar el abastecimiento nacional.

Ballena: la apuesta técnica de TGI

En su propuesta, TGI expone las ventajas del proyecto en Ballena (La Guajira), donde plantea instalar una unidad flotante de regasificación (FSRU) en el área de Chuchupa, solución que —según estudios de la firma internacional Moffatt & Nichol— es “completamente factible y viable” desde el punto de vista oceánico y operativo, con una disponibilidad estimada del 99 % anual.

La compañía destaca además cinco ventajas concretas:

  1. Disponibilidad inmediata de una FSRU exclusiva que podría operar desde enero de 2027.
  2. Infraestructura submarina más corta (de 2 a 3 km) y rápida de instalar.
  3. Aprovechamiento del gasoducto Ballena–Barranca, con siete estaciones de compresión ya operativas y capacidad hidráulica de hasta 300 Mpcd.
  4. Autorizaciones regulatorias vigentes para regasificar y transportar gas.
  5. Reducción estimada del 20 % en las tarifas para el usuario final respecto a los precios actuales.

Las dificultades de Coveñas

TGI también detalla los retos técnicos del proyecto de regasificación propuesto por Ecopetrol en Coveñas, que busca entregar 110 Mpcd en una primera fase y 400 Mpcd en una segunda, proyectada hacia 2030.

La transportadora advierte que este plan requeriría nuevas estaciones compresoras, modificaciones al oleoducto ODC, licencias adicionales y equipos de alta potencia (más de 58.000 caballos) para mantener la presión y el flujo requeridos.

Aun así, TGI asegura estar dispuesta a cooperar en la ejecución de ambas soluciones, aportando su infraestructura y experiencia como el principal transportador de gas del país —con más de 4.000 kilómetros de gasoductos y una cobertura que llega a 1.200 municipios.

Urgencia nacional por definir una salida

El debate técnico no oculta un consenso entre el Gobierno y la industria: Colombia debe actuar rápido.

Si no se concretan decisiones en los próximos meses, el país podría enfrentar una escasez de gas que afecte tanto a los hogares como a las industrias, obligando a importar combustibles más costosos y con mayor huella de carbono.

TGI cerró su comunicado reiterando su disposición al diálogo con Ecopetrol y con todos los actores de la cadena para desarrollar ambos proyectos de regasificación.
“El país necesita soluciones inmediatas y con visión de largo plazo —señala la compañía—. No podemos condenar a los colombianos a pagar un gas más caro o a depender de combustibles más contaminantes”.

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