En el corazón de Durango, uno de los estados con mayor tradición minera de México, la canadiense Avino Silver & Gold Mines ha dado un paso estratégico que redefine el futuro inmediato de su proyecto La Preciosa. El anuncio del lunes revela que la compañía adquirió la totalidad de los derechos sobre el yacimiento, eliminando todas las regalías y pagos pendientes con un desembolso inicial de 13.25 millones de dólares y un pago diferido de 8.75 millones, pactado para dentro de un año.
Este movimiento no solo refuerza la posición de Avino como operador directo y sin intermediarios de La Preciosa, sino que también representa una acción decidida para reducir los costos operativos del proyecto antes del inicio de la producción, previsto para este mismo año.
David Wolfin, CEO de Avino, fue claro en su valoración de la operación: “Este activo clave está ahora sustancialmente libre de cargas”. Su declaración no es menor. La oportunidad de recomprar regalías previamente otorgadas es poco común en la industria, y más aún cuando se trata de un proyecto de gran escala con potencial de largo plazo.
Con esta decisión, Avino elimina una regalía del 1.25% sobre retornos netos de fundición en las zonas Gloria y Abundancia, así como una regalía del 2% sobre el valor bruto en el resto del proyecto. También desaparece un pago vinculado al descubrimiento de nuevos recursos, que imponía un cargo de $0.25 por onza equivalente de plata en reservas nuevas fuera del área de recurso conocida. La estructura de costos se simplifica y, más importante aún, permite que tanto inversionistas como comunidades locales retengan una mayor parte del valor generado por el yacimiento.
La operación se realizó utilizando los cerca de 48 millones de dólares en efectivo que Avino tenía disponibles. El pago diferido se plantea como una especie de pago por producción, que la empresa espera cumplir dentro del primer año de extracción. Esta forma de financiamiento ofrece flexibilidad sin recurrir a nuevas emisiones o deuda, conservando el valor accionario existente.
El caso de La Preciosa refleja una tendencia más amplia en el sector minero mexicano: la consolidación de activos con alto potencial de flujo de caja y vida útil prolongada. Compañías como Endeavour Silver, que está incrementando su producción en Terronera (Jalisco), o Pan American Silver, que recientemente recibió autorización para adquirir MAG Silver y el interés en el proyecto Juanicipio, siguen un patrón similar. Las productoras están buscando escala, cercanía al molino y retorno ágil de inversión, una fórmula que vuelve a colocar a México en el radar global como polo estratégico para la producción de plata.
En paralelo, el contexto del mercado ha sido favorable. El precio de la plata ha subido un 30% en el último año, alcanzando niveles cercanos a los 38.80 dólares por onza. La expectativa de recortes de tasas en Estados Unidos y la creciente demanda industrial impulsan a las acciones mineras de plata, y Avino no ha sido la excepción. Sus títulos subieron 6% el lunes en la Bolsa de Toronto, cotizándose en 5.92 dólares canadienses. La capitalización bursátil de la empresa se ha cuadruplicado este año, ubicándose en 869 millones de dólares canadienses.
La estrategia de Avino va más allá de esta transacción. Con La Preciosa, la compañía busca pasar de un solo activo en operación a tres proyectos productivos antes del cierre de la década. La actual perforación en superficie continuará hasta finales de octubre, lo que permitirá afinar el plan minero y actualizar los recursos minerales tanto de Avino como de La Preciosa. La construcción del acceso subterráneo San Fernando, de 360 metros, avanza hacia las vetas Gloria y Abundancia, integrándolas al plan de mina.
En términos de recursos, La Preciosa alberga una estimación indicada de 17.4 millones de toneladas con una ley de 176 gramos de plata por tonelada y 0.34 gramos de oro. Esto se traduce en una ley equivalente de 202 gramos por tonelada, con un total de 99 millones de onzas de plata y 189,000 onzas de oro. Además, cuenta con 4.4 millones de toneladas en recursos inferidos con una ley equivalente de 170 gramos por tonelada, sumando otras 24 millones de onzas equivalentes.
Si se consideran los recursos globales de Avino, incluyendo la expansión del sistema de lixiviación de óxidos, la empresa controla 53.1 millones de toneladas en categorías medidas e indicadas, con 277 millones de onzas de plata equivalentes. Esto refuerza su posicionamiento como actor relevante en la industria de metales preciosos, especialmente en un entorno donde la plata vuelve a captar la atención de los inversionistas globales.
Cabe destacar que, aunque La Preciosa ya contaba con un estudio de factibilidad realizado por Coeur en 2014, el enfoque de Avino dista del concepto de tajo abierto. La empresa planea una operación subterránea de menor huella, más controlada y centrada en vetas de alta ley, lo que puede representar una alternativa más sostenible y menos disruptiva para el entorno local.
El trasfondo político y económico en México también resulta favorable para proyectos como este. A pesar de los debates sobre nuevas regulaciones y mayor participación estatal, la minería sigue siendo un motor clave de inversión, empleo y desarrollo regional. En estados como Durango, donde la actividad minera representa un porcentaje significativo del PIB local, proyectos como La Preciosa no solo aportan divisas, sino infraestructura, tecnología y capacitación.
En definitiva, lo que Avino ha logrado con esta operación es más que una limpieza financiera. Es una declaración de intenciones. Una muestra de cómo una compañía puede incrementar el valor de su portafolio, mejorar sus perspectivas de producción y, al mismo tiempo, ofrecer beneficios tangibles a sus comunidades y accionistas. A pocos meses de iniciar producción, La Preciosa se perfila como uno de los activos más interesantes en el mapa minero mexicano.