La actividad minera en Chihuahua vive un momento de recuperación con cerca de 40 proyectos actualmente en etapa de desarrollo, concentrándose principalmente en las zonas serranas y del sur del estado. Esta reactivación no solo representa una inyección de inversión para el sector, sino también una señal clara del potencial minero de la región que por años ha sido motor económico clave.
Según datos proporcionados por la Dirección de Minería del Gobierno estatal, estas iniciativas se distribuyen en zonas históricamente mineras, como Ocampo, Guazapares, Uruachi, Guadalupe y Calvo, así como Hidalgo del Parral, San Francisco del Oro y Santa Bárbara. Estas regiones, que han sido tradicionalmente afectadas por rezagos en infraestructura y empleo formal, ahora vislumbran una nueva etapa gracias a la consolidación de inversiones tanto nacionales como extranjeras.
El contexto económico internacional, marcado por la creciente demanda de metales preciosos e industriales, ha favorecido la reactivación de proyectos que permanecían en evaluación. En particular, el alza en los precios del oro y la plata ha incentivado a compañías con presencia en México a acelerar sus planes de exploración y desarrollo en Chihuahua.
Además del interés por los metales preciosos, la entidad también mantiene activos varios proyectos relacionados con recursos no metálicos, como cuarzo, perlita, fluorita y barita. Estos materiales, indispensables para industrias como la construcción, la cosmética o la farmacéutica, confirman que la riqueza del subsuelo chihuahuense no se limita al oro y la plata. A diferencia de otras regiones del país, Chihuahua posee una combinación estratégica de minerales metálicos y no metálicos, lo que permite una diversificación económica y reduce la dependencia de un solo tipo de explotación.
Uno de los casos más representativos es el proyecto “Cordero”, ubicado en el municipio de Hidalgo del Parral, el cual es promovido por la empresa Discovery Silver. Esta iniciativa, que se perfila como uno de los yacimientos de plata más importantes del país, se encuentra en fase avanzada de evaluación técnica y ambiental. Se estima que el proyecto podría generar más de mil empleos directos en su etapa operativa, además de fomentar una cadena de valor regional en servicios, transporte y proveeduría.
La Secretaría de Innovación y Desarrollo Económico de Chihuahua ha subrayado que la actual administración estatal mantiene una postura de respaldo a la minería, bajo un modelo que privilegie la responsabilidad social y el respeto al medio ambiente. Las autoridades han señalado que se trabaja en coordinación con empresas mineras para asegurar que los proyectos cumplan con la normatividad vigente y establezcan canales efectivos de diálogo con las comunidades donde se desarrollan.
En este sentido, el Gobierno de Chihuahua ha reiterado que la minería no puede verse de forma aislada, sino como parte de una estrategia de desarrollo integral. Desde 2022, se han impulsado mesas de trabajo con ejidos, pueblos originarios, empresas y académicos para fomentar una minería que aporte beneficios tangibles a las localidades. Entre las prioridades establecidas se encuentran la capacitación laboral local, la inversión en infraestructura comunitaria y el monitoreo ambiental independiente.
La recuperación del dinamismo minero también contrasta con el estancamiento que vivió el sector durante los años recientes. Factores como la incertidumbre regulatoria, la inseguridad en algunas zonas y la baja en los precios internacionales habían frenado el arranque de nuevos proyectos. No obstante, Chihuahua parece haber encontrado un equilibrio entre certeza jurídica, atracción de capital y atención a los temas sociales y ambientales que históricamente han rodeado a la minería.
Cabe recordar que Chihuahua ocupa el tercer lugar nacional en producción de oro y plata, y el segundo en extracción de cobre, de acuerdo con el Servicio Geológico Mexicano. La entidad también cuenta con una larga tradición minera que ha definido el carácter de municipios enteros, como Parral, donde la minería ha sido pilar económico desde la época virreinal.
La presencia de empresas internacionales en la región ha sido clave para profesionalizar procesos, introducir nuevas tecnologías y elevar los estándares de operación. Sin embargo, también ha traído consigo una mayor exigencia social respecto al impacto de las actividades extractivas. Por ello, las compañías han buscado implementar mejores prácticas en transparencia, gestión ambiental y vinculación con la comunidad.
Al respecto, organismos como la Cámara Minera de México (Camimex) han señalado que la minería moderna en el país requiere un nuevo enfoque que combine competitividad con responsabilidad. En Chihuahua, el momento actual podría marcar un punto de inflexión si se logra consolidar un modelo que genere desarrollo económico sin dejar de lado la protección de los recursos naturales ni la inclusión de las poblaciones locales.
La actividad minera representa una de las principales fuentes de ingreso para diversos municipios de la entidad, y su fortalecimiento puede tener efectos multiplicadores en sectores como la construcción, los servicios y el transporte. Las autoridades estatales estiman que, de mantenerse la tendencia actual, Chihuahua podría recuperar en los próximos años su lugar como uno de los tres estados más dinámicos del país en materia de minería.