A última hora del martes, el expresidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que duplicó los aranceles al acero y aluminio importado, elevándolos del 25% al 50%. Esta decisión entra en vigor a las 12:01 horas (0401 GMT) del miércoles, en un movimiento que ha sacudido al mercado global de metales y afecta directamente a socios estratégicos como México y Canadá.
¿Por qué Trump decidió subir los aranceles?
Durante una conferencia de la industria siderúrgica en Washington, Kevin Hassett, asesor económico de la Casa Blanca, explicó: “Empezamos con el 25% y tras estudiar más los datos, vimos que se necesitaba más ayuda. Por eso el 50% empieza mañana”.
La medida se justifica como un impulso a la industria nacional. Sin embargo, expertos coinciden en que no existe actualmente capacidad instalada suficiente en Estados Unidos para reemplazar las importaciones. Eso implica que, en el corto plazo, los precios podrían subir, pero no necesariamente aumentará la producción interna.
Reino Unido: el único exento… por ahora
El único país excluido del aumento es Reino Unido, que alcanzó un acuerdo preliminar con Washington durante una pausa de 90 días en la imposición de aranceles. Hasta el 9 de julio, los productos británicos seguirán pagando solo el 25%. Aun así, Reino Unido no figura entre los principales exportadores de acero ni de aluminio a Estados Unidos, por lo que su exención tiene más un valor simbólico que comercial.
México y Canadá: los más expuestos
Estados Unidos importa cerca del 25% de su acero y casi el 50% de su aluminio. Los datos del Censo muestran que Canadá y México ocupan los puestos primero y tercero, respectivamente, en volumen de acero enviado a Estados Unidos.
Canadá, en particular, se ve muy afectado por el nuevo arancel al aluminio. Es el mayor proveedor de este metal a EE.UU., exportando el doble que todos los otros países combinados dentro del top 10. Esto convierte a Ottawa en un actor clave en la cadena de suministro del aluminio norteamericano.
En tanto, México también alzó la voz. El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, calificó los aranceles como “insostenibles e injustos”, subrayando que su país importa más acero de Estados Unidos del que le exporta. “No tiene sentido que EE.UU. imponga un arancel a un producto en el que tiene superávit”, dijo Ebrard. Anunció que México solicitará formalmente una exención el viernes.
Efectos inmediatos en el mercado
Los precios del aluminio se han más que duplicado en lo que va del año. Con este nuevo golpe arancelario, la presión inflacionaria podría extenderse a múltiples industrias, desde la automotriz hasta la construcción.
Dado que la capacidad nacional para producir estos metales no se puede expandir rápidamente, los analistas anticipan que los volúmenes de importación se mantendrán estables. Lo que sí podría cambiar es la demanda, ya que los precios más altos podrían desincentivar el consumo.
La fecha límite y el “Día de la Liberación”
El miércoles es también el plazo impuesto por la Casa Blanca para que los países presenten sus propuestas si quieren evitar la entrada en vigor de una ola más amplia de aranceles en cinco semanas, el llamado “Día de la Liberación” comercial.
Hasta ahora, solo el Reino Unido ha presentado una propuesta aceptable para Washington. Según Reuters, el equipo de Trump ha pedido a los países que detallen sus “mejores ofertas”, incluyendo compromisos de reducción arancelaria, aumento de compras a EE.UU. y eliminación de barreras no arancelarias.
Conclusiones: ¿qué sigue para México?
El gobierno mexicano tiene una ventana crítica de negociación. La solicitud de exención es una vía razonable que podría proteger a un sector clave de la economía nacional. Aunque estos aranceles pretenden fortalecer la industria estadounidense, también generan distorsiones en los mercados internacionales y riesgos para la cooperación comercial.
Para México, la prioridad debe ser asegurar la estabilidad de sus exportaciones sin caer en represalias. La diplomacia económica jugará un papel crucial en las próximas semanas.