Durante su participación en el Foro Internacional de Comercio Exterior 2025, Antonio Ortiz-Mena, presidente del Comité T-MEC del Consejo Mexicano de Comercio Exterior (COMCE Nacional), destacó la creciente relevancia de China y otros países asiáticos en el comercio regional y las oportunidades que esto representa para México en materia de sustitución de importaciones y desarrollo tecnológico.
Ortiz-Mena subrayó que China se ha convertido en un socio comercial clave no solo para México, sino también para Estados Unidos y Canadá, y que las importaciones mexicanas procedentes de otras naciones asiáticas como Corea del Sur, Malasia y Tailandia registraron un crecimiento de dos dígitos durante 2023. En este contexto, resaltó la importancia de evaluar cómo México puede coexistir con el comercio asiático, particularmente en términos de transferencia tecnológica y desarrollo industrial local.
Transferencia tecnológica y alianzas estratégicas con Asia
“Es fundamental favorecer el desarrollo de tecnologías propias, pero al mismo tiempo mantenernos abiertos a las nuevas tecnologías que vienen de otros lugares. No es un asunto de elegir uno u otro camino, sino de combinar ambos,” afirmó Ortiz-Mena.
El presidente del Comité T-MEC destacó que, dada la profunda integración económica de México con Estados Unidos y Canadá, la relación comercial y de inversión con China debe manejarse con serenidad y cuidado. Además, hizo énfasis en las ventajas que México puede aprovechar gracias a otros tratados internacionales, como el TDC con Japón y el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TIPAT).
Innovación nacional y cooperación internacional: claves del desarrollo
Asimismo, Ortiz-Mena resaltó la renovación del acuerdo comercial con la Unión Europea, que contempla componentes comerciales, políticos y de cooperación tecnológica, y que representa una plataforma estratégica para fomentar la innovación y fortalecer la industria nacional.
“La combinación de desarrollo tecnológico propio y la adopción de tecnologías externas, acompañada de un entorno regulatorio y fiscal favorable, será clave para que México deje de ser solo la fábrica de productos y se convierta en un centro de desarrollo tecnológico y valor agregado,” concluyó.
Esta visión optimista y estratégica pone de manifiesto que México, en el marco del T-MEC y otros acuerdos comerciales, tiene las condiciones para transformar su economía, fortalecer la innovación y competir con éxito en un mundo cada vez más interconectado.