Oaxaca vive un momento histórico de transformación económica gracias al Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, un megaproyecto que no solo atrae inversión nacional e internacional, sino que también fortalece sectores clave como la minería. Durante 2024, la entidad encabezó el crecimiento industrial a nivel nacional con un avance del 11.6%, impulsado por la construcción de infraestructura ferroviaria, la activación de polos de desarrollo y una estrategia enfocada en la reindustrialización del sur del país.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó que 19 de las 32 entidades federativas lograron aumentar su actividad industrial durante el año pasado. Entre ellas, Oaxaca destacó por su dinamismo, derivado en gran medida de las obras y políticas del Corredor Interoceánico. Este ambicioso proyecto federal enlaza los océanos Pacífico y Atlántico, y contempla 14 Polos de Desarrollo para el Bienestar (PODEBIS), de los cuales seis se ubican en Oaxaca.
En estos polígonos, que suman cientos de hectáreas, se están instalando industrias estratégicas como la automotriz, farmacéutica, energética, agroindustrial y, de forma destacada, la minería y la metalurgia. La visión del gobierno estatal apunta hacia una integración productiva donde la extracción y procesamiento de minerales sirva de ancla para el desarrollo de tecnologías limpias y producción de materiales de alto valor agregado.
El polo de San Blas Atempa, por ejemplo, prevé una fuerte presencia de actividades metalúrgicas. En Matías Romero, se proyecta una plataforma logística vinculada al manejo de insumos industriales, entre ellos los minerales críticos necesarios para la transición energética. Esto abre oportunidades para la exploración y aprovechamiento de recursos como el litio, el cobre y tierras raras en el sureste mexicano.
Raúl Ruiz Robles, secretario de Desarrollo Económico de Oaxaca, confirmó que las proyecciones de inversión para los seis PODEBIS del estado superan los 720,000 millones de pesos en los próximos seis años. Estas cifras no solo reflejan la confianza empresarial, sino también el interés en sectores como el minero, que ofrece un portafolio atractivo por su potencial geológico y la estabilidad jurídica que el estado busca consolidar.
Además, empresas como Helaxc-Istmo han anunciado proyectos para producir hidrógeno verde en Ciudad Ixtepec, una iniciativa que involucra procesos de desalinización y un uso eficiente de minerales en tecnologías limpias. Este tipo de inversiones abre un nuevo capítulo en la minería verde, una tendencia global que Oaxaca comienza a capitalizar con visión de futuro.
No todo ha sido fácil. Organizaciones sociales han señalado vacíos en los procesos de consulta a comunidades en torno a algunos PODEBIS. Sin embargo, el gobierno federal implementó incentivos fiscales, mecanismos de transparencia y acuerdos de participación comunitaria para asegurar una transición justa. El reto consiste en armonizar el crecimiento económico con el respeto a los derechos territoriales y al medio ambiente, y la minería puede desempeñar un papel ejemplar si adopta las mejores prácticas internacionales.
El Corredor Interoceánico no solo transforma el mapa logístico de México; también redibuja la vocación productiva del sur del país. Oaxaca, con su diversidad natural, riqueza minera y capital humano, se perfila como el nuevo epicentro industrial del país. La minería, lejos de ser una actividad marginal, emerge como el motor silencioso que sostiene este proceso de modernización y lo impulsa hacia el desarrollo sostenible.