En su discurso inaugural, la presidenta destacó su compromiso con la estabilidad macroeconómica, mencionando que se mantendrá la autonomía del Banco de México y una política fiscal responsable. Además, reiteró que no se incrementarán los precios de productos clave como la gasolina, el diésel, el gas doméstico y la electricidad en términos reales. En este sentido, Sheinbaum hizo un llamado a los empresarios, asegurando que en las próximas semanas convocará reuniones para mantener el acuerdo que congela los precios de la canasta básica.
Otro aspecto relevante fue la reafirmación de la colaboración con Estados Unidos y Canadá bajo el tratado comercial T-MEC. La presidenta subrayó la importancia de esta relación para impulsar la relocalización de empresas, lo que fortalecerá el desarrollo regional y, al mismo tiempo, permitirá cuidar el medio ambiente. Su visión se enfoca en una mayor integración económica en América del Norte, promoviendo la cooperación más que la competencia.
Sheinbaum también abordó la reforma al Poder Judicial, que ha generado gran controversia. En su intervención, explicó que la reforma busca consolidar un Poder Judicial más autónomo y transparente. A través de la elección de jueces, magistrados y ministros por voto popular, se pretende que la justicia en México esté más alineada con los intereses de la ciudadanía. Defendió esta decisión como un acto de democracia, diferenciándose de políticas anteriores que intentaron centralizar el control del sistema judicial. Aclaró que su gobierno no busca someter a la Suprema Corte de Justicia, sino acabar con la corrupción dentro de la institución.
En materia de seguridad, Sheinbaum afirmó que su gobierno implementará mejoras sustanciales en la estrategia de combate al crimen. Rechazó que la reforma de la Guardia Nacional implique una militarización del país y aseguró que su enfoque estará basado en la inteligencia, la investigación y la coordinación interinstitucional. A su vez, destacó que la atención a las causas de la delincuencia será una prioridad, con el objetivo de ofrecer oportunidades a la juventud mexicana.
Uno de los puntos más importantes fue su reconocimiento al presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien consideró uno de los líderes políticos más grandes de la historia moderna de México. Sheinbaum aseguró que continuará con la filosofía de “humanismo” iniciada por su antecesor, derrumbando lo que ella llamó los “mitos del neoliberalismo”.
Ante las críticas de la oposición, Sheinbaum ofreció un gobierno inclusivo, en el que todas las voces sean escuchadas. Aseguró que pondrá todo su esfuerzo y conocimiento al servicio del pueblo mexicano, confiando en que juntos podrán consolidar un país más próspero y justo. Esta promesa de unidad y compromiso con el bienestar social marcó el tono del inicio de su mandato.