El pasado viernes 20 de septiembre de 2024, un derrumbe en la mina “Los Clarines”, ubicada en el municipio de Santa Bárbara, Chihuahua, cobró la vida de tres gambusinos. El accidente ocurrió cuando los trabajadores, dedicados a la búsqueda y extracción de minerales, fueron sorprendidos por un deslave que colapsó parte de la mina, sepultándolos bajo toneladas de tierra y escombros.
Las víctimas del derrumbe
Las autoridades locales identificaron a las víctimas como César Alberto R. B., de 26 años; César R. M., de 53 años; y Jesús Manuel R. M., de 45 años. Todos ellos trabajaban como gambusinos, un oficio tradicional en el que los independientes extraen oro y otros minerales preciosos en zonas mineras.
Este oficio, crucial para la economía local y regional, implica un riesgo elevado debido a la falta de infraestructura y medidas de seguridad adecuadas. Con frecuencia, los gambusinos laboran en condiciones precarias, expuestos a derrumbes, gases tóxicos y otros peligros.
Investigaciones en marcha
Tras el incidente, la Coordinación Estatal de Protección Civil (CEPC) confirmó que la Fiscalía General del Estado de Chihuahua inició las investigaciones para esclarecer las causas del derrumbe. Las primeras declaraciones apuntan a que la inestabilidad en la estructura del tiro de la mina provocó el deslave. Aún no se ha determinado si se cumplieron las normativas de seguridad, un aspecto clave en la investigación.
La CEPC informó que, además de la fiscalía, otras dependencias como la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) y el Servicio Geológico Mexicano podrían colaborar en la evaluación de las condiciones de la mina “Los Clarines” para prevenir futuros accidentes.
La importancia de la seguridad minera
El accidente en “Los Clarines” pone en evidencia la urgente necesidad de mejorar la seguridad en la minería a pequeña escala. Aunque esta actividad impulsa el desarrollo económico en muchas regiones de México, es inherentemente peligrosa si no se implementan medidas de protección adecuadas.
Las autoridades y los propietarios de concesiones mineras tienen la responsabilidad de garantizar la seguridad en las minas. La supervisión rigurosa y el cumplimiento estricto de las normativas son esenciales para minimizar riesgos y proteger la vida de los trabajadores, especialmente los más vulnerables, como los gambusinos.
También es necesario fortalecer las políticas públicas que promuevan la capacitación, el uso de equipo de protección personal y la evaluación constante de las condiciones estructurales de las minas. Inversiones en tecnología de monitoreo geotécnico y en mejores prácticas mineras podrían reducir considerablemente el riesgo de accidentes en el futuro.