González destacó que el proyecto no tendrá recortes presupuestarios, ya que si bien los recursos son por una parte de orden fiscal, por la otra son bancarios, de tal manera que si aquellos se redujeran se tomaría la opción de mayores fondos de los bancos a través de bonos.
“Creemos que tenemos los recursos suficientes para mantener una ruta crítica que nos lleve a que la inauguración del aeropuerto sea el 20 de octubre de 2020″, enfatizó el ejecutivo, citado en un comunicado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).
Explicó que ya se inició el proceso de licitación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), el cual, como anunció el pasado 8 de julio el titular de la SCT, Gerardo Ruiz Esparza, está conformado por 21 paquetes básicos para la construcción de las nuevas instalaciones aeroportuarias.
El primer paquete, que se puso este 10 de septiembre a consulta de los interesados para que hagan propuestas, es el referente a la nivelación del terreno de 4.430 hectáreas, tarea fundamental para iniciar la construcción.
El ejecutivo enfatizó que es del interés del secretario Ruiz Esparza que haya transparencia en el proceso, para lo cual la presentación y apertura de ofertas se hará pública y se transmitirá a través del portal de la SCT.
La SCT anunció el pasado 26 de enero el otorgamiento de la concesión al Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México para construir, administrar, operar y explotar el nuevo aeropuerto internacional.
De acuerdo con el título de concesión, el Grupo Aeroportuario podrá celebrar con terceros diversos actos jurídicos, como otorgar el uso y dar en arrendamiento superficies de la infraestructura aeroportuaria.
Asimismo, podrá otorgar derechos de uso o de paso sobre dichas superficies, a efecto de prestar, por sí misma o por conducto de terceros, los servicios aeroportuarios, complementarios y comerciales que se requieran.
El presidente Enrique Peña Nieto presentó en septiembre del año pasado el proyecto del nuevo aeropuerto, diseñado por el arquitecto británico Norman Foster, constructor de los aeropuertos de Pekín y Hong Kong, y el mexicano Fernando Romero, yerno del magnate Carlos Slim.
El diseño, elegido por unanimidad entre ocho propuestas de igual número de consorcios, es futurista y monumental, cuenta con tecnología sustentable para las próximas décadas y amplios espacios para el comercio.
La nueva terminal tendrá seis pistas y permitirá el tránsito de 120 millones de pasajeros anuales, cuatro veces más que la capacidad del actual aeropuerto.
La magna obra, que requerirá una inversión pública superior a los 9.000 millones de dólares, sustituirá al actual aeropuerto de la urbe, inaugurado en 1929, que está al límite de su capacidad a pesar de que en las últimas décadas fue remodelado y ampliado.