La pobreza energética en México es un problema que afecta al 36,7 % de la población, según cifras del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), y esta carencia tiene consecuencias en la salud, la seguridad e incluso en las oportunidades educativas y laborales.
Para revertir esta situación, proyectos como Luces de Esperanza, de Iberdrola México, se han puesto en marcha en diferentes partes del país.
Según datos de 2021 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el sexto estado del país con más hogares sin luz eléctrica es Puebla y es superado por Oaxaca, que reporta 11 mil 199 hogares sin electricidad, mientras que el 1,5 % de las viviendas del estado de San Luis Potosí no tienen acceso a electricidad, y fueron precisamente estos puntos del país escogidos para poner en marcha el proyecto de Iberdrola México.
El pasado martes, Iberdrola México presentó los resultados de la primera fase del proyecto en Puebla, para ser más exactos en el Telebachillerato Comunitario de San José del Monte Chiquito, que desde 2021, tras su traslado de sede de la Inspectoría de Santiago Miahuatlán al poblado de Monte Chiquito no volvió a contar con luz eléctrica. Esta es una de las 12 escuelas beneficiadas.
Durante tres años, los alumnos estuvieron estudiando sin luz. Andrea es una de ellas, quien además está por terminar su etapa escolar y su sueño es ir a la universidad a estudiar lenguas extranjeras. Durante el evento aseguró que el periodo en el que tomó clases sin luz sintió que sus aprendizajes estaban “incompletos”, lo que le provocaba a ella y a sus compañeros mucha “frustración”.
Es preciso mencionar que la pobreza energética impacta más en las mujeres, quienes son las principales responsables de llevar a cabo las tareas del hogar en México, y es que en promedio dedican 30,8 horas a la semana a la realización de labores domésticas, y si no cuentan con energía dedicarán más tiempo, lo que evitará que hagan otras actividades, extendiendo así el ciclo de desigualdad.
Por su parte, la directora del centro educativo, Claudia Lizbeth Torres, contó que la institución educativa apagó sus luces en 2021 tras ser trasladada al poblado de Monte Chiquito, lo que provocó que sus estudiantes y docentes fueran privados del acceso a la energía eléctrica, situación que familiares y profesores trataron de revertir sin éxito.
Sin embargo, la profesora Patricia Alcántara afirmó que aunque había mucha disposición por parte de las familias para comprar algunos paneles solares era imposible adquirirlos, porque eran “muy caros”.
«Después de tantos intentos, un día llegamos a la institución y encontramos en la reja un papelito con un número telefónico que decía: ‘Si les interesa el servicio de electricidad, comuníquense’», relató Torres al recordar el momento en el que por primera vez establecieron contacto con el programa Luces de Esperanza, el proyecto ha proveído de energía eléctrica al centro educativo comunitario a partir de paneles solares.
Érika Fernández, coordinadora de la Fundación Iberdrola México, explicó que para contrarrestar este problema de acceso a la electricidad en el país nació Luces de Esperanza, un programa que hasta ahora ha beneficiado a 7.300 personas invirtiendo más de 4 millones de dólares en estados que sufren de esta carencia.
Fernández señaló también la importancia de seguir trabajando por estas comunidades y de concienciar a los beneficiarios del positivo impacto que tienen las energías renovables.
De acuerdo con la coordinadora, desde el año pasado el proyecto se ha ido extendiendo en Puebla, donde se encuentra en su primera fase con la que ha conseguido beneficiar a 1.809 personas y a 12 escuelas de los municipios de Acatlán, Ajalpan, Cañada Morelos, Cuyoaco, Esperanza, Libres, Nicolás Bravo, Santiago Miahuatlán, Tehuacán, Tepanco de López, Tepeyahualco y Tlachichuca.