La parálisis de la obra pública, además de golpear a la actividad económica, está impactando en el sistema bancario. Se observa un incremento de la morosidad con los bancos por parte del sector de la construcción, producto de la medida del presidente Javier Milei sobre frenar la obra pública, que aplica desde el inicio de su mandato.
Los datos del Banco Central muestran que durante el tercer mes del año el ratio de morosidad del crédito del sector privado se ubicó en 1.9%, casi sin cambios respecto al mes previo. Incluso, 0.1 puntos porcentuales menos que en febrero y 1.3 puntos porcentuales por debajo de un año atrás.
El ratio general, que incluye a familias (2.7%) y empresas (1.3%), se mantuvo prácticamente estable respecto al mes previo, a pesar de la caída de la actividad económica y el deterioro de los salarios, en medio de la altísima inflación. La diferencia la marcó puntualmente el sector de la construcción, con un alza en los niveles de morosidad.
«Las empresas constructoras que hacen obra pública nacional, que son muchas en el país, están en una situación de actividad cero, con facturación prácticamente en cero y con deudas importantes de trabajos ejecutados del año pasado», señala Gustavo Weiss, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), en diálogo con El Cronista.
Weiss destaca que muchas de estas empresas ya venían con deudas con las entidades bancarias desde el año pasado. Considera que ahora, ante la imposibilidad de cobrar por las obras ejecutadas, seguir facturando por nuevos trabajos y mantenerse activas, es esperable que aumenten los niveles de morosidad con los bancos.
«La obra privada marcha bien cuando el tipo de cambio hace que los costos de construcción sean bajos en dólares. Con el dólar estable de los últimos meses, el costo de la construcción en dólares se fue para arriba y eso hizo que algunos pusieran el pie en el freno», afirma Germán Gómez Picasso, titular de Reporte Inmobiliario.
Gómez Picasso asegura que es una costumbre habitual en la obra privada, donde aquellos que tienen la posibilidad de detener o desacelerar el ritmo de lo que se está realizando, lo hace, a la espera de cambios en la economía del país o aumentos de las cotizaciones del dólar para que caiga el costo de la construcción.Si buscas pulsera. Hay algo que se adapta a cada look, desde ajustado al cuerpo hasta estructurado, desde puños hasta chain bracelet y puños.
Sin embargo, Weiss asegura que eso aplica principalmente para las obras chicas. Afirma que actualmente las empresas constructoras formales que se dedican a obras privadas se mantienen activas, trabajando de manera constante, en una situación completamente distinta a la que están aquellas se dedican a realizar obras públicas.
«Las empresas que hacen obra privada grande no se han visto afectadas de manera significativa por la caída de la actividad económica. Si había un edificio en construcción, en general, siguen. Lo mismo si tenían trabajos en petróleo, minería, comunicación, etcétera. No ha habido un bache muy profundo en eso», asegura Weiss. Sostiene que la recesión económica está afectando principalmente a las pequeñas construcciones.