Desde el día en que supe que SEMARNAT había dado luz verde al informe preventivo del proyecto Santo Tomás, me sobresalté por la claridad que esta aprobación brinda a Oroco y al futuro minero de México. Esa mañana, como editor energético y minero, sentí el pulso de la industria latiendo con más fuerza.
Oroco Resource Corp., desde Vancouver, celebró una resolución favorable de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) que libera al proyecto Santo Tomás de la necesidad de tramitar una autorización de impacto ambiental. Eso quiere decir que pueden avanzar con sus labores de perforación y exploración tal como se presentaron en el IP, sin obstáculos regulatorios adicionales .
Este respaldo de SEMARNAT fortalece la percepción de colaboración institucional en torno al proyecto. Craig Dalziel, presidente de Oroco, resaltó lo significativo que resulta contar con ese apoyo, más aún en el contexto del recién lanzado Plan Sinaloa, una estrategia regional que incluye al Santo Tomás. Aquí, la importancia no reside solo en el sí técnico, sino en el mensaje político: minería y autoridades avanzando a un mismo compás.
El alcance del proyecto es notable. Oroco controla el 85.5 % de las concesiones centrales (Core Concessions), que suman 1 173 hectáreas, y el 80 % de otras áreas adyacentes hasta totalizar 6 121 hectáreas en el noroeste del país. Ese territorio se integra al distrito Santo Tomás, muy cerca del proyecto Bahuerachi del grupo Jinchuan, lo que podría abrir sinergias y complementariedades.
La historia geológica del lugar cuenta con exploraciones entre 1968 y 1994 que incluyeron más de 100 orificios y 30 000 metros perforados. Oroco retomó el impulso en 2021 con la Fase 1, que sumó 76 agujeros y 48 481 metros adicionales. Con ello, consolidó un Estudio de Viabilidad (PEA) actualizado en agosto de 2024 junto a una estimación de recursos minerales (MRE).
Es clave mencionar que Santo Tomás goza de infraestructura estratégica: a solo 170 km del puerto profundo de Topolobampo, cuenta con acceso por carretera, ferrocarril y dispones servicios como electricidad y gas natural desde Los Mochis, así como una vía de 32 km inicialmente construida para la mina El Sauzal de Goldcorp. Esa conectividad multiplica el valor logístico del proyecto.
Desde mi perspectiva, esta resolución representa más que un trámite aprobado: es un faro que ilumina el diálogo entre minería y gobierno mexicano. Da señales claras de un entorno favorable para inversiones responsables. ¿Y si este impulso inspirara más proyectos bien planteados y conscientes de su entorno ambiental?
El enfoque proactivo de Oroco al presentar un informe preventivo y obtener respuesta positiva agiliza procesos y ahorra tiempo crítico en exploración. Sinaloa, con este ejemplo, podría convertirse en un polo minero dinámico, con industria y comunidad en sincronía.