El Banco de México (Banxico) decidió reducir la tasa de interés en 50 puntos base, llevándola a 9.50%. Esta medida responde a la mejora en el panorama inflacionario y a una menor actividad económica al cierre de 2024.
El recorte refleja una postura más agresiva en la relajación monetaria, impulsada por una inflación en descenso y una economía debilitada. Sin embargo, aún persisten riesgos, especialmente por la incertidumbre comercial con EE.UU. y el posible impacto en el tipo de cambio. Si bien esta decisión podría incentivar el consumo y la inversión, también exige un monitoreo constante para evitar efectos secundarios como una presión inflacionaria futura. La clave estará en la prudencia con la que Banxico administre los siguientes ajustes para no comprometer la estabilidad económica del país.
🔍 ¿Por qué Banxico redujo la tasa?
El recorte de tasas se debió a varios factores:
- Inflación controlada: En enero de 2025, la inflación general bajó a 3.69%, el nivel más bajo desde 2021.
- Menor crecimiento económico: La desaceleración económica al final de 2024 justificó la relajación monetaria.
- Negociaciones comerciales: El acuerdo entre Donald Trump y Claudia Sheinbaum para posponer aranceles del 25% hasta marzo influyó en la decisión.
📉 Expectativas de inflación y tasas futuras
Banxico ajustó su proyección de inflación:
- Primer trimestre de 2025: 3.7%, por debajo del 3.8% anterior.
- Meta del 3%: Se espera alcanzarla en el tercer trimestre de 2026.
La Junta de Gobierno prevé continuar con ajustes moderados, pero manteniendo una política restrictiva para evitar un rebrote inflacionario.
🏦 Impacto en la economía y en inversiones
La reducción de tasas puede generar:
- Menores costos de financiamiento: Beneficiando a empresas y consumidores.
- Posible depreciación del peso: Si el diferencial con la tasa de la Fed se reduce demasiado.
- Atractivo para la inversión en renta variable: Los mercados podrían reaccionar positivamente al menor costo del dinero.
Banxico decidió acelerar el recorte de tasas en respuesta a la inflación controlada y la menor actividad económica. Sin embargo, los riesgos comerciales con EE.UU. y la volatilidad cambiaria seguirán siendo factores clave para futuras decisiones.