El mercado del oro ha experimentado un significativo impulso tras alcanzar un mínimo de dos semanas, marcando un punto de inflexión en su comportamiento y generando un renovado interés entre inversores y analistas financieros. Este fenómeno, que se observó con claridad a partir del jueves, se debe en gran parte al retroceso del dólar, un factor que ha jugado un papel crucial en la reciente dinámica del mercado.
A las 1006 GMT del jueves, el oro al contado registró un incremento del 0,3%, cotizándose a 2,046,70 dólares por onza. Esta tendencia alcista también se reflejó en los futuros del oro en Estados Unidos, que mostraron una mejora del 0,6%, alcanzando los 2,054,50 dólares. Este cambio marca un contraste notable con el nivel más bajo registrado desde el 21 de diciembre, señalando un punto de recuperación importante para el metal precioso.
El analista de UBS, Giovanni Staunovo, atribuye esta tendencia alcista a una combinación de un dólar más débil y tasas de interés ligeramente más bajas en Estados Unidos. Según Staunovo, las minutas de la Reserva Federal han sido interpretadas por los actores del mercado como cautelosas, lo que ha influido positivamente en el precio del oro.
Las expectativas para el futuro del oro son optimistas. Se anticipa que, con la aplicación de varios recortes de tasas por parte de la Fed a lo largo del año, los inversores financieros incrementarán su demanda de ETF y lingotes. Esto podría llevar el precio del oro a alcanzar los 2,250 dólares por onza hacia finales de año.
La dinámica del dólar también juega un papel crucial en esta ecuación. El dólar cedió un 0,2% frente a una cesta de seis destacadas monedas, después de alcanzar un máximo de tres semanas en la última sesión. Este retroceso ha aumentado el atractivo de los lingotes para los tenedores de otras divisas, impulsando aún más la demanda y el precio del oro.
Otro factor clave son las minutas de la reunión de la Reserva Federal de los días 12 y 13 de diciembre. Estas revelaron una creciente sensación entre las autoridades monetarias de que la inflación está bajo control, a la vez que expresaron su preocupación por los riesgos de una política “excesivamente restrictiva” del banco central sobre la economía. Esta percepción ha influido en las expectativas del mercado, generando un clima de cautela y expectativa.
Los inversores ahora aguardan con interés los datos semanales de solicitudes de subsidio de desempleo y el informe de nóminas no agrícolas, que se publicarán próximamente. Estos datos podrían ofrecer más pistas sobre la senda de alzas de tasas de la Fed y, por ende, influir directamente en el mercado del oro.
En lo que respecta a otros metales preciosos, la plata al contado experimentó un incremento del 0,1%, cotizándose a 22,9919 dólares la onza. El platino y el paladio también mostraron avances, situándose en 971,15 dólares y 1,069,03 dólares respectivamente.
Este panorama del mercado del oro refleja una compleja interacción de factores económicos y políticos. La relación entre el dólar, las decisiones de la Reserva Federal y la percepción de los inversores sobre la inflación y la política monetaria, son elementos que continuarán modelando el comportamiento del mercado. A medida que estos factores evolucionen, será crucial mantener una perspectiva informada y equilibrada para entender y prever las futuras tendencias del oro y otros metales preciosos en el mercado global.