La ciudad de Acapulco reportó una derrama económica superior a los 700 millones de pesos tras la realización de la XXXVI Convención Internacional de Minería y el Air Show 2025. Ambos eventos, organizados de manera paralela durante la semana del 19 al 24 de noviembre, marcaron un hito económico para el puerto guerrerense, que continúa su recuperación tras el impacto del huracán Otis.
La Asociación de Ingenieros de Minas, Metalurgistas y Geólogos de México (AIMMGM) encabezó la organización de la convención, que tuvo como sede el complejo Mundo Imperial. La reunión convocó a más de 300 empresas nacionales e internacionales, además de especialistas, proveedores, representantes gubernamentales y asociaciones del sector. De acuerdo con la Secretaría de Turismo de Guerrero, el evento atrajo a más de 10 000 visitantes, entre expositores, conferencistas y acompañantes.
El Air Show, desarrollado en la franja turística de la bahía de Acapulco, atrajo a miles de turistas y habitantes locales, quienes se congregaron para presenciar la exhibición aérea que incluyó acrobacias y participación internacional. Esta actividad generó un efecto adicional en la ocupación hotelera, la cual alcanzó niveles superiores al 80 % durante el fin de semana principal del evento.
Autoridades estatales confirmaron que ambos eventos produjeron una derrama económica estimada en 704 millones de pesos. Esta cifra fue validada por datos del Observatorio Turístico de Guerrero, que realizó el seguimiento del gasto turístico, hospedaje, consumo en restaurantes y servicios diversos.
La gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado Pineda, subrayó la importancia del sector minero como generador de empleos e inversión en el estado. En el acto de clausura de la convención, sostuvo que “la minería es una actividad clave para el desarrollo económico regional y para el fortalecimiento de las comunidades”. Añadió que eventos como esta convención posicionan a Guerrero como un estado con potencial para albergar actividades industriales y científicas de gran escala.
El impacto económico de la convención minera no sólo se reflejó en el turismo. El evento sirvió como plataforma para que compañías presentaran proyectos de exploración, avances tecnológicos en procesos de extracción, y compromisos de sostenibilidad ambiental. Las sesiones abordaron temas como minería responsable, innovación en procesamiento de minerales, financiamiento de nuevos proyectos y digitalización de operaciones.
La derrama también benefició a proveedores locales de servicios: transporte, alimentos, montaje, logística y seguridad, entre otros rubros. Hoteles, restaurantes, agencias de transporte y pequeños negocios experimentaron un repunte en ventas durante la semana del evento.
Cabe señalar que este tipo de convenciones refuerzan el papel de la minería como un sector de alto valor económico, más allá de su imagen tradicional. Guerrero es un estado con importantes yacimientos minerales, principalmente de oro, plata y plomo, y la presencia de compañías mineras en su territorio representa una fuente de ingresos fiscales, empleos y contratos para comunidades cercanas.
En el plano institucional, la AIMMGM aprovechó la convención para promover un diálogo técnico sobre la regulación minera en México, los retos para nuevas inversiones y la necesidad de certidumbre jurídica. Representantes del Servicio Geológico Mexicano, la Secretaría de Economía federal y organismos internacionales participaron en los foros de análisis.
Por su parte, empresarios mineros destacaron la importancia de seguir realizando este tipo de encuentros en regiones con actividad minera o potencial geológico. Consideraron que Acapulco fue una sede adecuada por su conectividad, capacidad hotelera e infraestructura para congresos.
La coincidencia con el Air Show se consideró positiva. Mientras la convención atrajo a un público técnico, profesional y corporativo, el espectáculo aéreo sumó un componente de atracción turística que potenció el consumo y el flujo de visitantes. Según estimaciones preliminares de la Secretaría de Turismo, el gasto promedio por visitante durante esos días fue de entre 4 000 y 6 000 pesos.
El gobierno del estado informó que ya se trabaja en una agenda de eventos para 2026 que incluya nuevamente este tipo de encuentros sectoriales de alto impacto. La meta es consolidar a Acapulco no sólo como destino de playa, sino como sede de congresos técnicos, científicos e industriales.
El evento también sirvió como plataforma de reactivación turística para el puerto, que a poco más de un año del huracán Otis aún enfrenta desafíos en infraestructura y servicios. La presencia de visitantes nacionales e internacionales generó confianza entre prestadores de servicios y reforzó la percepción de Acapulco como un destino viable y seguro para grandes eventos.
Los datos difundidos por el gobierno estatal indican que al menos el 60 % de la derrama económica se concentró en el sector hotelero y restaurantero, seguido por el gasto en transporte, actividades recreativas y compras. Aunque se requiere mayor análisis sobre la distribución territorial del beneficio, los números reflejan una recuperación importante para un destino que ha enfrentado múltiples retos económicos.
Desde una perspectiva sectorial, la convención minera permite fortalecer el vínculo entre minería y desarrollo regional. La presencia de actores clave del sector, así como la participación de instituciones educativas y gubernamentales, favorece la discusión sobre mejores prácticas, nuevos modelos de gestión ambiental y relaciones comunitarias más equilibradas.
En términos de resultados, la edición 2025 de la Convención Internacional de Minería superó las expectativas iniciales. Mientras que en eventos anteriores se calculaban derramas promedio de 200 a 300 millones de pesos, en esta ocasión la cifra alcanzó más del doble. Esto sugiere una planificación más eficaz, una mayor participación de empresas y una articulación más fuerte entre industria, gobierno y sector turístico.
La minería, como actividad estratégica del país, requiere espacios de encuentro técnico y de negocios que impulsen su competitividad. Al albergar este tipo de eventos, estados como Guerrero no sólo obtienen beneficios inmediatos, sino que proyectan una imagen de apertura, modernización y diversificación económica. En este caso, la combinación entre minería y turismo de alto impacto produjo resultados concretos y medibles.



