Fresnillo acelera su expansión global al adquirir Probe Gold por USD 556 millones

Fresnillo plc, la mayor productora de plata primaria en el mundo y una de las principales mineras de oro en México, anunció la adquisición total de la canadiense Probe Gold Inc., en una operación valuada en aproximadamente 780 millones de dólares canadienses, equivalentes a 556 millones de dólares estadounidenses. Esta transacción representa uno de los movimientos más relevantes de capital mexicano en la industria minera internacional en lo que va del año.

La compañía británico-mexicana informó que el acuerdo fue aprobado por unanimidad por los consejos de administración de ambas firmas. Fresnillo pagará 3.65 dólares canadienses en efectivo por cada acción de Probe Gold, lo que representa una prima del 39 % respecto al precio de cierre registrado el 30 de octubre en la Bolsa de Valores de Toronto. Con ello, la empresa mexicana busca ampliar su portafolio aurífero en una de las jurisdicciones mineras más reconocidas del planeta: la provincia de Québec, en Canadá.

El activo central que motiva esta compra es el proyecto aurífero Novador, ubicado en la región de Val-d’Or. Este distrito es conocido por su historial productivo y su infraestructura estable, factores clave para una empresa que apuesta por inversiones de largo plazo. Novador posee más de 8 millones de onzas de oro en recursos indicados e inferidos, y Fresnillo estima que el yacimiento podría alcanzar una producción anual superior a las 200 mil onzas de oro durante al menos diez años.

Fresnillo busca consolidar su posición como actor global sin comprometer sus operaciones centrales en México. Así lo expresó Octavio Alvídrez, director general de la empresa, quien destacó que la adquisición de Probe Gold forma parte de una estrategia de crecimiento disciplinado. Agregó que el proyecto Novador es altamente complementario a su experiencia operativa y a los estándares técnicos de la compañía. La diversificación geográfica, dijo, permitirá a Fresnillo mitigar riesgos regulatorios y operacionales.

La firma mexicana ha acumulado una sólida posición financiera en los últimos años. Con más de 1,800 millones de dólares en efectivo al cierre del primer semestre de 2025, Fresnillo cuenta con la liquidez necesaria para ejecutar la operación sin recurrir a nuevo endeudamiento. Esto no solo fortalece su perfil crediticio, sino que refleja una administración prudente del capital en tiempos de alta volatilidad internacional.

El acuerdo aún requiere la aprobación de los accionistas de Probe Gold y del tribunal corporativo en Ontario. Sin embargo, los principales inversionistas de la firma canadiense, que representan aproximadamente el 12 % del capital, ya se comprometieron a votar a favor del convenio. Se espera que el proceso se complete durante el primer trimestre de 2026.

Desde una perspectiva sectorial, la adquisición ratifica el interés de las empresas mexicanas en expandirse hacia mercados con reglas claras, infraestructura robusta y una fuerza laboral técnica especializada. Canadá, considerado una de las jurisdicciones más seguras y transparentes para la minería, ofrece un entorno favorable para el desarrollo de proyectos de mediana y gran escala, lo cual refuerza la lógica estratégica detrás del movimiento de Fresnillo.

Además del proyecto Novador, el portafolio de Probe Gold incluye un paquete de más de 1,700 kilómetros cuadrados en zonas de alto potencial geológico. Aunque aún en etapa de exploración, estos activos ofrecen una oportunidad adicional para futuras expansiones. La presencia de instalaciones ya construidas en el distrito de Val-d’Or, como plantas de procesamiento cercanas, permite optimizar costos y reducir tiempos de desarrollo.

En el contexto de la transición energética y el creciente protagonismo del oro como refugio financiero ante la inflación global, esta operación cobra un significado adicional. Fresnillo apuesta por un metal cuya demanda se mantiene estable y cuya extracción requiere un profundo conocimiento técnico, algo que la compañía ha cultivado por décadas en sus operaciones mexicanas.

A pesar de que la sede de las operaciones de Fresnillo seguirá siendo México, esta compra consolida una tendencia que ya se perfilaba desde años anteriores: la necesidad de internacionalizarse para sostener el crecimiento. En un entorno donde los permisos y licencias en territorio nacional enfrentan cada vez mayores retos, contar con proyectos en jurisdicciones complementarias fortalece la capacidad de respuesta de las empresas del sector.

La compañía ha dejado claro que mantendrá un enfoque de responsabilidad social en sus nuevos proyectos. En el caso canadiense, esto implica un diálogo estrecho con las comunidades locales y con las Primeras Naciones. De acuerdo con el comunicado oficial, Fresnillo se compromete a aplicar los más altos estándares de sostenibilidad ambiental, seguridad operativa y respeto por los derechos de las comunidades.

Esta operación también proyecta una imagen sólida del sector minero mexicano ante los mercados internacionales. En un momento donde la industria enfrenta debates sobre su viabilidad social y ambiental, la apuesta de Fresnillo demuestra que es posible crecer de forma responsable y con visión estratégica.

En términos económicos, esta compra podría traducirse en sinergias técnicas, transferencia de conocimiento y mejor posicionamiento de México como un país con capacidad para generar empresas competitivas a escala global. La minería, frecuentemente subestimada, vuelve a mostrar que no solo genera empleos e inversión local, sino que también puede ser motor de internacionalización y modernización del capital mexicano.

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