La minería peruana atraviesa un punto de inflexión. Con exportaciones que bordean los 50 mil millones de dólares, un portafolio de inversiones superior a 65 mil millones y un crecimiento exportador a doble dígito en los primeros meses del año, el país se consolida como un actor clave en el mapa minero global. Pero, ¿qué debe hacer el Perú para convertir este potencial en desarrollo real y sostenible?
“El verdadero éxito de la minería no se medirá en toneladas exportadas, sino en su capacidad de convertirse en un motor de cohesión social y progreso para todos los peruanos”, afirma Mario Saavedra, Director de la Cámara Chilena-Sudafricana. Para lograrlo, plantea cuatro pasos urgentes que definirán el futuro inmediato del sector:
1. Institucionalizar la licencia social
Las grandes operaciones proyectadas, especialmente en la macroregión sur, exigen mucho más que inversión. Se necesitan procesos claros de diálogo temprano con las comunidades, transparencia en la gestión de los recursos y beneficios concretos en educación, infraestructura, salud y desarrollo económico local. Las experiencias más exitosas muestran que integrar a las comunidades desde el diseño de los proyectos reduce el riesgo de conflictividad y asegura su viabilidad en el largo plazo.
2. Priorizar la formalización integral de la pequeña minería
Con más de 30 mil registros autorizados, la pequeña minería tiene el potencial de convertirse en un verdadero motor de desarrollo regional. Pero formalizar no es solo regular: implica dotar a estos productores de acceso a financiamiento, asistencia técnica y encadenamientos productivos que les permitan ser competitivos, sostenibles y tributariamente activos.
3. Ejecutar una estrategia integral contra la minería ilegal
La minería ilegal no solo afecta el medio ambiente, sino que alimenta redes criminales y socava la gobernabilidad. Los operativos puntuales no bastan. El país necesita una estrategia coordinada que combine control territorial, inteligencia financiera, fortalecimiento de las fuerzas de seguridad y programas de desarrollo alternativo para las comunidades dependientes de esta actividad ilícita.
4. Impulsar la diversificación productiva regional
Para que la minería sea un verdadero catalizador de desarrollo, es necesario que parte de su renta financie proyectos que generen nuevas cadenas de valor en las regiones productoras, evitando la dependencia exclusiva de la extracción de recursos.
“La minería tiene que dejar de ser vista solo como un negocio extractivo. Si el Perú logra dar estos pasos, podrá transformar su potencial geológico en progreso real, cohesión social y sostenibilidad para las próximas décadas”, concluye Saavedra.