Capstone Copper reduce producción en Mantoverde tras fallo en motores de molino

Una falla inesperada en ambos motores de los molinos de bolas ha obligado a Capstone Copper a operar a media capacidad en su planta de sulfuros en Mantoverde, ubicada en la región de Atacama, Chile. El incidente, ocurrido en un lapso de seis días, ha obligado a la compañía canadiense a ajustar su operación mientras realiza las reparaciones necesarias.

El primer motor falló el pasado 24 de agosto y fue reemplazado por una unidad de repuesto. Sin embargo, la empresa no contaba con una segunda unidad de respaldo cuando el segundo motor también colapsó días después. Como medida temporal, Capstone decidió operar la planta con un bypass del molino, un método ya conocido por el equipo técnico de Mantoverde.

A través de un comunicado emitido este lunes, la minera precisó que este esquema operativo le permitirá mantener la planta activa, aunque a un ritmo significativamente reducido. Se espera que la afectación dure al menos cuatro semanas, tiempo en el que se estima una pérdida de entre 3,000 y 4,000 toneladas de concentrado de cobre.

La empresa también adelantó que aprovechará la contingencia para adelantar trabajos de mantenimiento previamente programados para septiembre, minimizando así el impacto operativo y financiero.

Desde su sede en Vancouver, Capstone ya ha iniciado una investigación para determinar la causa raíz de los fallos en ambos motores, lo cual podría implicar ajustes tanto en su logística de repuestos como en los protocolos de mantenimiento preventivo. La ausencia de una segunda unidad de repuesto pone de relieve los retos logísticos que todavía enfrenta la minería en zonas remotas del norte chileno, donde las demoras en reposición pueden traducirse en pérdidas importantes.

Este incidente llega en un momento clave para Capstone Copper. Apenas en junio de 2024, la minera había producido su primer concentrado comercializable en el sitio, y en enero de este año logró superar su capacidad nominal con un procesamiento diario promedio de 33,409 toneladas. Este desempeño era una señal clara de que la operación avanzaba conforme al ambicioso cronograma de su proyecto Mantoverde Optimizado (MV-O).

El MV-O, que recibió aprobación ambiental en julio por parte de las autoridades regionales, implica una inversión de 150 millones de dólares y tiene como objetivo extender la vida útil del yacimiento de 19 a 25 años. También busca incrementar la producción anual de cobre equivalente a un rango de entre 125,000 y 135,000 toneladas, frente a las 97,000 a 112,000 actuales.

Más allá del traspié mecánico, el proyecto representa una apuesta decidida por consolidar un distrito minero de cobre y cobalto en el norte chileno. En este contexto, el MV-O no solo mejora los rendimientos operativos, sino que también fortalece la posición de Capstone en la transición energética global, al proveer metales esenciales para la electrificación y tecnologías limpias.

Además de Mantoverde, Capstone Copper mantiene otras tres operaciones activas: Mantos Blancos en Antofagasta (también en Chile), Pinto Valley en Arizona (Estados Unidos) y Cozamin en Zacatecas (México). Cada una de estas minas contribuye de manera estratégica a su portafolio diversificado, con una clara orientación al cobre como mineral crítico.

La situación en Mantoverde es un recordatorio de que, incluso en operaciones altamente tecnificadas, los imprevistos mecánicos pueden alterar la producción. No obstante, el manejo ágil de Capstone y su decisión de adelantar mantenimientos refuerzan su compromiso con la continuidad operativa y la reducción de impactos financieros.

Habrá que seguir de cerca el resultado de la investigación técnica, ya que de ella podría depender la revisión de sus planes de contingencia, la gestión de repuestos críticos y el diseño de redundancias operativas. La minería moderna no puede darse el lujo de operar sin una planificación de riesgos exhaustiva, especialmente cuando se trata de equipos clave como los molinos de bolas.

En una industria donde los márgenes y la eficiencia lo son todo, un par de motores puede hacer la diferencia. Pero también puede ofrecer oportunidades para probar la resiliencia de un proyecto y la capacidad de respuesta de su equipo humano.

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