Los retos en materia energética del nearshoring

El nearshoring ha emergido como un pilar estratégico para el crecimiento económico de México, capitalizando su proximidad geográfica y lazos comerciales con Estados Unidos y Canadá. Este fenómeno, que refiere a la relocalización de operaciones empresariales a países cercanos para aprovechar ventajas como menores costos y mayor eficiencia logística, se presenta como una doble arista de oportunidades y desafíos para México.

En este contexto, la necesidad de una robusta infraestructura energética y una política clara de transición hacia energías renovables se vuelve imperante. En este espacio se profundizará en cómo México puede transitar los retos inherentes al nearshoring y las políticas públicas que podrían maximizar sus beneficios económicos.

Ventajas del nearshoring en México

México ha logrado posicionarse como un destino privilegiado para el nearshoring, beneficiándose de su estratégica ubicación geográfica y un marco comercial sólido gracias al T-MEC. Este tratado ha facilitado una integración económica más estrecha con Estados Unidos y Canadá, brindando a México un acceso preferencial a sus mercados.

La manufactura, tecnología de la información y servicios de atención al cliente son sectores que han visto un crecimiento exponencial, evidenciado por el aumento del 12% en las exportaciones manufactureras a Estados Unidos en 2023 y que nos colocó, ya en 2024, como el principal proveedor de Estados Unidos. La combinación de una fuerza laboral calificada y costos operativos competitivos que nos caracterizan ha fortalecido la propuesta de valor de México frente a otras economías, redefiniendo las cadenas de suministro globales hacia un esquema más regionalizado.

Retos del nearshoring en México

La aceleración del nearshoring (al que también se le refiere como allyshoring o friendshoring) exige una atención urgente hacia la infraestructura energética del país. El incremento en la demanda de electricidad, impulsado por el crecimiento industrial, pone de relieve la necesidad de expandir y modernizar la infraestructura eléctrica mexicana. La transición hacia fuentes de energía renovable, en particular la solar, se presenta como una solución sostenible ante este desafío. Aunque México cuenta con un potencial significativo para el aprovechamiento de la energía solar, enfrenta obstáculos en alcanzar sus metas de generación renovable para 2024, requiriendo inversiones sustanciales y una aceleración en la generación distribuida.

La reforma propuesta por una de las candidatas para abrir el sector energético a la inversión privada, evocando el caso de éxito de Petrobras en Brasil, sugiere un camino viable hacia la modernización y eficiencia energética. Esto no solo permitiría a México cumplir con sus compromisos ambientales, sino también fortalecer su competitividad en el escenario del nearshoring y satisfacer las necesidades de las empresas que decidan trasladar operaciones a nuestro país.

La generación de energías limpias no debe ser la única preocupación de las autoridades (o de un futuro gobierno). La inversión en infraestructura de transmisión, que permita desfogar la nueva capacidad de generación, también debe considerarse como parte de una política integral. Será necesario, por tanto, considerar esquemas público-privados y/o regresar a las licitaciones.

Conclusión y Recomendaciones de Políticas Públicas

Ante este panorama, es imperativo que México adopte políticas públicas enfocadas en la sostenibilidad y eficiencia energética para consolidar los beneficios económicos del nearshoring. Las inversiones en infraestructura eléctrica (generación y transmisión) son esenciales para satisfacer la creciente demanda energética, con un énfasis particular en el desarrollo de proyectos de energía renovable. La apertura al capital privado en el sector energético podría catalizar la modernización necesaria, promoviendo un modelo energético diversificado y sostenible.

Además de la promoción de inversiones, deberá considerarse otros factores no menos importantes:

  • Regulación Favorable: Fortalecer la independencia de los órganos reguladores y crear un marco regulatorio que incentive la inversión privada en el sector energético, incluyendo la generación distribuida.
  • Educación y Capacitación: Fomentar la educación y capacitación de la fuerza laboral en tecnologías limpias y renovables.
  • Innovación en Pemex: Transformar Pemex para que juegue un papel central en la transición energética, adoptando prácticas de empresas exitosas como Petrobras.

En conclusión, el nearshoring ofrece a México una oportunidad única de crecimiento económico y desarrollo industrial. Sin embargo, para capitalizar plenamente esta tendencia, es esencial abordar los retos energéticos mediante políticas públicas proactivas y visionarias. La transición hacia un futuro energético sostenible no solo beneficiará al sector del nearshoring, sino que también reforzará la posición de México como líder económico y ambiental en la región.

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