Colombia registró un récord en flujos de inversión extranjera directa en 2023, liderado por la misma industria que el presidente Gustavo Petro ha prometido eliminar gradualmente: la del petróleo y el carbón.
La Nación recibió 17,400 millones de dólares en inversión directa del exterior, de los cuales el 34% se destinó a combustibles fósiles, según datos publicados la semana pasada por el banco central. En contraste, en 2022, había recibido cerca de 17,000 millones de dólares en inversión, en 2020, cerca de 8,000 millones de dólares, y en 2017, 14,000 millones de dólares.
Por su parte, el ministro de Ambiente, Andrés Camacho, asumió la transición energética como bandera de Gobierno, promoviendo las energías limpias como la solar y eólica, esperando inversiones verdes.
Cabe recordar que el mes pasado, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva dijo que los países necesitan cambiar unos 7 billones de dólares anuales en subvenciones directas e indirectas a los combustibles fósiles para ayudar a financiar la lucha contra el cambio climático.
La funcionaria declaró en el Foro Económico Mundial de Davos que el total de las subvenciones a los combustibles fósiles incluye 1.3 billones de dólares en subvenciones directas de los gobiernos, así como subvenciones indirectas que incluyen la falta de fijación del precio de las emisiones de carbono. Añadió que este precio debe fijarse en 85 dólares por tonelada para 2030.
Fijar el precio del carbono en 25% de esa tasa generaría 800,000 millones de dólares en fondos que podrían utilizarse para mitigar el cambio climático, mientras que una tasa de 50% generaría 1.5 billones de dólares, afirmó durante un panel sobre el clima en el que también participó el presidente del Banco Mundial, Ajay Banga.