La minería en México ha experimentado un año desafiante en 2023, con una reducción significativa en la producción de metales y minerales. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la producción minero-metalúrgica del país disminuyó un 4.9%, afectando a 11 productos mineros principales. Este declive se ha sentido de manera desigual en el sector, con la producción de coque liderando las pérdidas con una dramática caída del 28.9%, seguida de azufre, zinc, plomo, pellets de hierro, oro, plata, cobre y fluorita.
La disminución en la producción no solo refleja los retos operativos y de mercado, sino también el impacto de huelgas prolongadas, como la ocurrida en la mina Peñasquito de Newmont, la mayor productora de oro y plata del país, y la crisis en la siderúrgica Ahmsa. Además, la política gubernamental de congelar nuevas concesiones y la incertidumbre generada por las reformas mineras de mayo han añadido más presión al sector.
En diciembre de 2023, la producción minero-metalúrgica se contrajo un 6% en comparación con el mismo mes del año anterior, marcando el mayor descenso mensual del año. Esto se evidenció en la producción de oro, plata y cobre, que vieron reducciones significativas en su producción.
La situación se complica aún más con las reformas constitucionales y legislativas presentadas en enero, que proponen prohibir la minería a cielo abierto y priorizar el consumo doméstico de agua. Estas propuestas, de ser aprobadas, representarían nuevos desafíos para la minería en México, un sector ya afectado por la caída de un 0.6% en la producción de minerales metálicos y no metálicos en 2022.