La caída de la actividad industrial de Guerrero, más los estragos ocasionados por el huracán Otis en Acapulco, es una lección para todas las entidades de que tienen que diversificar su economía y ya no depender solamente de un sector, aseguró Julián Urióstegui Carbajal, presidente del Consejo de Cámaras Industriales y Empresariales de Guerrero (Concaingro).
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la actividad industrial de Guerrero cayó 6.0% anual en los primeros siete meses del 2023, siendo la baja más pronunciada en el país.
Dicha contracción derivó de que los cuatro sectores industriales disminuyeron en su producción: 10.3% en energía eléctrica, 7.1% en construcción, 3.2% en manufactura y 2.1% en minería.
Ante este escenario, el empresario explicó en entrevista con El Economista que si se hubiera efectuado en el pasado un plan que fortaleciera las actividades industriales de Guerrero, éstas ayudarían en la recuperación de la entidad luego del impacto del huracán Otis, y al contrario, no se estaría generando un efecto ancla en donde toda la actividad económica del estado “va hacia abajo”.
“Hace dos años se presentó un plan de diversificación, es un plan inicial y que estamos impulsando con apoyo del gobierno actual”, comentó.
Para el presidente de Concaingro los dos sectores que debieron impulsarse en el estado, y que ahora “son obligados a trabajar”, son la industria de la construcción y la minería.
“Esa ruta la teníamos muy clara antes del huracán y ahorita se refleja totalmente, hay que diversificar la economía de Guerrero, tenemos un gran potencial en estos dos sectores”, recalcó.
Para concretar la diversificación, ahondó que como sector privado planean construir 10,000 viviendas en un periodo menor de 24 meses, así como ejecutar una reforma de obra pública en todo el estado, desde la generación de nuevas carreteras, caminos, drenaje, “conectividad en todo sentido”.
“Es que la obra pública tenga un peso nunca antes visto, y que en este proceso concursan principalmente los constructores de Guerrero”, dijo.
Sobre el sector de la minería, el presidente de Coninagro señaló que por la alianza actual con el gobierno estatal se logró hace 18 meses un anuncio de inversión por parte de la minera Media Luna, por un monto de 850 millones de dólares.
“Hace seis meses esa inversión comenzó a ejecutarse para ampliar la capacidad instalada, pero lo que buscamos es que ahora lleguen más mineras a Guerrero, aquí hay una capacidad gigantesca de minerales necesarios para componentes tecnológicos. La construcción, la minería y el turismo debe ser una de nuestras vocaciones más importantes”, reiteró.
Enunció que para la parte del turismo, ya no solamente hay que enfocarse en posicionar a Acapulco como destino de playa a nivel nacional, también se debe orientar al puerto como lugar idóneo para el visitante internacional.
“Hay que ponerlo nuevamente en la mesa y hacer más rutas. Esta gran catástrofe con Otis es una gran oportunidad para tomar impulso y relanzar a Acapulco”, subrayó.
Plan transversal
Urióstegui Carbajal recordó que en diciembre del 2021 la gobernadora Evelyn Salgado, la Confederación de Cámaras Industriales y Concaingro dieron a conocer la conformación de la Alianza Guerrero, un nuevo pacto que tiene como objetivos que la entidad tenga un mayor peso en el PIB del país, que se consolide la diversificación económica y generar empleos mejor pagados.
“Esta alianza se planteó para atraer el mayor número de inversiones posibles que impacten de manera positiva a la población y con ello, accedan a mejores condiciones de vida. La hemos trabajado desde entonces, pero la situación nos obliga a que todo se acelere, a que los proyectos se ejecuten de inmediato”, subrayó el empresario, al recalcar que sí se han desarrollado mesas de trabajo con los diferentes sectores productivos para crear facilidades de inversión.
El plan de Concaingro también tiene como objetivo que Guerrero esté en la agenda de los proyectos federales de detonación del sur-sureste, como lo es con el Corredor Interoceánico en Oaxaca y Veracruz.
Dentro del plan se planteó la creación de una zona libre para la región de La Unión y del puerto de Lázaro Cárdenas en Michoacán, así como la construcción de un parque logístico agroindustrial para Guerrero.