Si bien la producción nacional de cobre y oro opacan a las de otros metales por su volumen de explotación y creciente cotización en el mercado, el zinc, del que el Perú es el segundo productor mundial, es hoy el cuarto metal más demandado a nivel global y su precio sigue una tendencia ascendente.
Según la Asociación Internacional del Zinc (IZA), un 60% de ese metal se destina al revestimiento de edificios y estructuras de acero para protegerlos de la corrosión, pero también se emplea en pilas corrientes, en baterías de computadoras y de armamento militar como cohetes y misiles.
De acuerdo con el World Mining Data, de las 13.2 millones de toneladas extraídas el 2019 en el mundo, un 33% procedió de China, un 10.7% se produjo en el Perú, muy de cerca le siguió Australia (10.2%), México aportó el 6.5% y EE. UU., otro 5.7%.
Sin embargo, la producción de ese metal en el Perú, que de enero a noviembre del 2022 alcanzó a 1´245,175 toneladas métricas finas (TMF), tuvo una contracción del -11.5% con respecto a los 1´406,836 TMF extraídas en igual lapso del 2021, según el Ministerio de Energía y Minas (Mem).
Pese a ello, las exportaciones peruanas de zinc, que de enero a octubre alcanzaron los US$2,312 millones, significaron un incremento de 12.2%, de acuerdo con el mismo ministerio. El precio del zinc para el 2023, proyectó Contreras, debe ubicarse en un promedio de US$1.50 la libra, que es un nivel que, consideró, permite a las compañías mineras productoras de zinc ser bastante rentables.